En la búsqueda de una salud digestiva óptima, cada vez más personas recurren a los probióticos como suplementos nutricionales.
Estas bacterias benéficas se han vuelto populares debido a su potencial para mejorar el equilibrio de la flora intestinal y promover un sistema digestivo saludable.
Sin embargo, para obtener los máximos beneficios de los probióticos es esencial tomarlos de manera adecuada. Te contamos cuándo y cómo debes tomarlos.
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Se recomienda tomarlos bajo la supervisión de un profesional de la salud. Antes de incorporar probióticos a tu dieta, especialmente si tienes problemas gastrointestinales, es esencial consultar a un médico o dietista para recibir orientación personalizada.
Después de tomar antibióticos, ya que estos pueden desequilibrar la flora intestinal al eliminar bacterias beneficiosas. Puede ser una buena manera de restaurar esta flora.
Durante o después de infecciones gastrointestinales. Los probióticos pueden ayudar a reducir la duración y gravedad de las infecciones gastrointestinales, como la diarrea infecciosa.
Mantenimiento de una digestión saludable. Algunas personas los toman de forma regular para mantener una flora intestinal equilibrada y favorecer la digestión.
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Para tomarlos te recomendamos algunas cosas:
Selecciona una cepa y dosis adecuadas: los probióticos vienen en diversas cepas y cada una puede tener beneficios adecuados. Consulta a un profesional de la salud para identificar la cepa y la dosis adecuadas para tu situación.
Lee las etiquetas: asegúrate de adquirir probióticos de alta calidad que tengan la cepa que necesitas. Las etiquetas deben especificar la cantidad de Unidades Formadoras de Colonias (UFC) por dosis.
Almacenamiento adecuado: algunos probióticos requieren refrigeración, mientras que otros no. Sigue las instrucciones de almacenamiento en el envase.
Tómalos de forma regular: para obtener los máximos beneficios la constancia es clave, sin dejar de seguir las indicaciones del envase o las recomendaciones de un profesional de la salud.
Evita mezclarlos con antibióticos: si estás tomando antibióticos espera al menos unas horas para ingerir probióticos para evitar que éstos maten a las bacterias benéficas.
Observa tu cuerpo: presta atención a cómo reacciona tu cuerpo a los probióticos. Si experimentas efectos secundarios, como malestar estomacal, busca orientación profesional.
Si bien los probióticos pueden traer muchos beneficios para muchas personas, es importante recordar que los resultados varían según la persona.
Antes de incorporarlos a tu rutina diaria es recomendable consultar con un profesional de la salud para asegurarte de que sean adecuados para tus necesidades específicas.
Al seguir estas pautas, puedes aprovechar al máximo los beneficios de los probióticos y mejorar tu salud digestiva.
PGR