Aunque toda la semana entre el 7 y el 14 de octubre se entregan los respectivos Premios Nobel en las disciplinas que reconoce la Academia Sueca, el de Literatura, que se otorga el 10, es uno de los que más causan revuelo: la gente compite por adivinar, hay quinielas, todo para que al final, como sucede algunas veces, se elija a un autor que, bromean, “nadie conoce”.
Lo cierto es que, con los años, cada cual va teniendo su favorito: todos tienen a sus contendientes, muchos de los cuales, al paso del tiempo, van quedándose en el camino. Uno de los más vetustos, con quien reclaman que “ya ni vale ilusionarse”, es el escritor japonés Haruki Murakami, que especialistas y lectores “postulan” año con año. Algo parecido ocurre con la poeta canadiense Anne Carson, aunque con menos revuelo, porque es menos leída que el novelista nipón. Pero tiene su séquito que apuesta a su favor año con año, incansablemente.
Otro de los más recientes, quizá por el intento de homicidio que sufrió en Estados Unidos hace no mucho o porque su carrera literaria valdría el reconocimiento, es Salman Rushdie, nacido en India pero naturalizado británico-estadounidense. Es autor, nada más y nada menos que de Los versos satánicos e Hijos de la media noche, libros aún prohibidos en algunas latitudes dados los temas que Rushdie narra.
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Can Xue, la novelista china, también lidera las apuestas. Acaso cada año más que el pasado. Lo que significa una apuesta doble: porque es mujer y porque habita una geografía no siempre reconocida por los otorgantes del premio. La última vez que voltearon a aquél lado del globo fue en 2017, cuando Kazuo Izhiguro fue el ganador del Nobel de aquel año.
Mircea Cărtărescu, poeta y narrador rumano, es otro de los eternos contendientes junto al narrador portugués António Lobo Antunes, el escritor y traductor argentino César Aira, el poeta chileno Raúl Zurita y, con menos posibilidades, la periodista y novelista Elena Poniatowska. Asimismo aparecen los nombres de Gerard Murnane, Margaret Atwood, Ngigu Wa Thiong’o y hasta Michel Houellebecq.
Lo único cierto es que no hay nada escrito y que cualquier cosa puede pasar, como en 2020 que la poeta Louise Glück fue reconocida con el máximo galardón literario, en 2015 la periodista bielorrusa Svetlana Alexievich fue reconocida con el mismo o cuando, en contra de todo pronóstico, el músico y poeta Bob Dylan, en 2016.
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Será el próximo jueves 10 de octubre que, por las primerísimas horas de la mañana en México, se sepa quién sucederá a Jon Fosse como el laureado más reciente con el Nobel de Literatura. Entretanto, que sigan las apuestas aumentando los momios.
DG
