El crimen organizado es un mal que azota a México y su impacto en la sociedad es innegable, principalmente en algunos estados de la República, por ello el documentalista Everardo González decidió abordar ese tema desde una problemática particular; la juventud que es absorbida por las filas del narcotráfico y lo plasmó en Una Jauría Llamada Ernesto.
“Para mí es importante hablar de este tema porque ha marcado en gran medida lo que es el México actual y al contrario de lo que se pueda pensar, en México y en América Latina sí se libran guerras, quizá no son entre fronteras, pero sin entre esquinas de una misma calle”, contó el director en entrevista con 24 HORAS.
“Yo llegué a este tema a través de una lectura hace muchos años, cuando leí La Virgen de los Sicarios de Fernando Vallejo, pero posteriormente el tema se fue acercando a mí conforme las cosas han idos pasando en el país y creo que esa realidad de la que se habla en el libro sigue siendo desafortunadamente un presente”, aseguró González.
Una Jauría Llamada Ernesto narra la historia de un joven que utilizó un arma de fuego para matar y formar parte de las filas del crimen organizado y cuenta su historia mientras otras personas entran en este mundo.
Al tocar un tema tan delicado y peligroso, el documentalista asegura que la confianza fue una de las cuestiones más importantes para lograr la cinta.
“Hubo un lazo de confianza mutua, ellos confiaban en mí porque hay alguien en quien yo confío que ellos también confiaban, si llegaron a hablar conmigo es por invitación de un amigo y yo me veo en la necesidad de cuidar es confianza y con eso no me refiero solamente al anonimato sino a preservar su testimonio tal cual fue dado.
“En general en la vida yo creo que las violencias se desatan cuando se fracturan los convenios y si iba a hablar críticamente de violencia, no iba a generarla. Al final hay que actuar con sentido común y entrarle a estos temas con poca inocencia y mucha malicia pero sobre todo no romper los lazos”, destacó.
Asimismo, Everardo habló de la importancia que tuvo su equipo al desarrollar este proyecto.
“El documental va mucho más allá de mí porque yo solo no hubiese logrado nada absolutamente, por eso tuve un equipo lleno de profesionales en los que yo confío, quienes entienden perfectamente lo que están filmando y es importante señalar que la lógica con la que opera este equipo que hace documental no es la misma con la que operan los que hacen películas. Aquí todos entienden la historia que se está filmando pero sobre todo los límites que el retrato de la realidad nos pone”, aseguró.
Y, además, dijo que su labor de documentalista “no solo requiere de oficio, requiere de preguntarse todos los días durante la producción si se está siendo justo con lo que sé está filmando”.
Una Jauría Llamada Ernesto es también para Everardo una prueba sobre su labor, pues asegura que a título muy personal le gusta probar nuevas cosas.
“No me gusta repetir una fórmula que me haya funcionado. Afortunadamente esta vez salieron bien las cosas y conseguí proyección en la sala de cine y en las plataformas, algo que es muy difícil de lograr con un documental pero me interesa sobre todo que éste pueda ser visto por todo aquel que le llame la atención reflexionarlo“, finalizó.
El documental será exhibido en la Cineteca Nacional el viernes 10 de noviembre en una función especial en donde participará su director.