Edgar H. Clemente/La Jornada/Tapachula, Chis. – Unos cinco mil migrantes salieron esta mañana en caravana desde Tapachula, Chiapas, en busca de avanzar hacia el norte y llegar a la frontera con Estados Unidos.
Aunque los organizadores hablan de más de seis mil personas y estimaciones de la policía local dicen que son unos 4 mil extranjeros.
Integrada en su mayoría por migrantes de Honduras, El Salvador, Guatemala, Nicaragua, Venezuela, Haití y Cuba, los extranjeros tomaron la carretera federal Tapachula-Arriaga para salir de la ciudad fronteriza con Guatemala.
Irineo Mújica, de la organización Pueblo Sin Fronteras, dijo que antes de partir enviaron un documento formal al titular del Instituto Nacional de Migración para que les otorgaran permisos de tránsito a los migrantes y no se vieran obligados a caminar, pero no respondió.
Ante esa situación decidieron emprender el viaje ya que en la frontera sur no hay empleo y los trámites de regularización ante la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados y el Instituto Nacional de Migración puede tardar de seis meses a un año.
“Es una irresponsabilidad del Gobierno Federal tratar de contener algo que es incontenible el número de migrantes, los países aventando la migración como si fuera un río incontenible e impulsándola hacia México y Estados Unidos, simplemente no no tiene manera de parar esto”, expresó.
El activista añadió que “muchos están en situación de calle, las rentas están muy caras, se han triplicado, la comida, los lugares donde se mantiene la comunidad migrante son de seis meses a un año, es imposible definitivamente tener a tantos”.
El hondureño Carlos Eduardo Martínez contó que decidió sumarse a la Caravana porque llevaba una semana buscando empleo en Tapachula y no conseguía. Además que su cita en la Comar para continuar sus trámites se la dieron para tres meses.
“No podía yo seguir esperando sin dinero, durmiendo en la calle, no es vida. Mejor aquí vamos para arriba y esperemos que el gobierno nos ayude, que no nos detenga”, dijo mientras cargaba una mochila y un galón de agua.
José Alberto María de Guatemala, decidió migrar porque fue víctima de la extorsión de las Maras Salvatruchas durante el tiempo que trabajó como ayudante de chofer en los autobuses del transporte público, por lo que el ingreso que obtenía diario ya no era suficiente para el sostén de su familia.
Detalló que el cobro de piso rondaba los 500 quetzales guatemaltecos semanales y apenas le quedaban a veces 200 o 300 quetzales para el gasto de la casa, lo que ya era insostenible con una esposa y tres hijos.
“Está muy complicada la pasada. Migración nos dice que regresemos a nuestro país, no nos ayudan, sólo nos mienten que nos van ayudar, tenemos que pasar los días en albergues para poder sobrevivir”, externó el hombre de 48 años.
La Caravana, que es custodiada por patrullas estatales y federales para agilizar el tráfico vehicular, hace escala este mismo lunes en la comunidad de Álvaro Obregón, a unos 15 kilómetros de la ciudad, para continuar después hacia Huehuetán.