Redacción
La influenza A H3N2 registra un incremento estacional durante la temporada invernal 2025-2026, lo que llevó a autoridades sanitarias a reforzar la vigilancia epidemiológica y a difundir información para identificar oportunamente los síntomas. Aunque se trata de un virus de influenza estacional, su intensidad puede ser mayor que la de un resfriado común.
Uno de los principales rasgos de la influenza A H3N2 es el inicio abrupto del cuadro clínico. A diferencia del resfriado, cuyos síntomas aparecen de forma gradual, la influenza suele comenzar de manera repentina y con malestar general intenso desde las primeras horas.
Entre los síntomas más frecuentes se encuentra la fiebre alta, generalmente superior a 38 grados, que aparece de forma súbita. A este signo se suma la tos seca persistente, la cual puede prolongarse varios días, así como el dolor de garganta y la congestión nasal.
Otro síntoma característico es el dolor muscular generalizado, acompañado de dolor de cabeza intenso y sensación de cansancio extremo. La fatiga suele ser marcada y limita de forma importante las actividades cotidianas, incluso en personas que habitualmente gozan de buena salud.
También se reportan escalofríos y sudoración, principalmente al inicio de la enfermedad, así como falta de apetito y malestar general. En algunos casos pueden presentarse estornudos y congestión nasal, aunque estos síntomas suelen ser más predominantes en el resfriado común.
Especialistas señalan que la clave para diferenciar la influenza A H3N2 de un resfriado radica en la intensidad de los síntomas. Mientras el resfriado provoca molestias leves, la influenza genera fiebre elevada, dolores corporales y agotamiento significativo en poco tiempo.
Las autoridades recomiendan buscar atención médica si los síntomas se agravan o si se presentan señales como dificultad para respirar, dolor en el pecho, mareos persistentes o empeoramiento de enfermedades previas. Adultos mayores, niños pequeños, mujeres embarazadas y personas con padecimientos crónicos deben extremar precauciones.
Finalmente, el sector salud insiste en la importancia de la vacunación anual contra la influenza, así como en mantener medidas preventivas como el lavado frecuente de manos, el uso de cubrebocas en caso de síntomas respiratorios y evitar la automedicación, con el fin de reducir contagios y complicaciones durante la temporada invernal.
