Madres de familia de la primaria Adolfo López Mateos clausuraron el plantel luego de episodios de violencia que incluyen intimidaciones con arma blanca y robos
REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN
El martes, la mañana comenzó con puertas cerradas y con un sentimiento de angustia que se respiraba en cada palabra de los padres reunidos frente a la primaria Adolfo López Mateos, ubicada en el municipio de Metepec. Lo que debería ser un espacio seguro para aprender se ha transformado, según relatan, en un entorno hostil en el que sus hijos conviven con miedo constante.
Cansados de esperar soluciones que nunca llegaron, decidieron impedir el ingreso como un acto de protesta y protección.
Desde hace meses, la comunidad escolar ha encendido alertas que, aseguran, fueron ignoradas por la dirección y por la autoridad educativa. Poco a poco, el acoso escolar se convirtió en violencia recurrente: estudiantes despojados de sus pertenencias, pequeños intimidados en baños y pasillos, niñas que han sido víctimas de tocamientos indebidos y un episodio especialmente grave que involucra un objeto punzocortante utilizado para amenazar.
“Esto ya supera cualquier límite. No vamos a entregar a nuestros hijos como si nada estuviera pasando”, expresó una madre visiblemente afectada.
Lo que más enardece a los padres es la aparente indiferencia institucional. Dicen que han tocado todas las puertas y que la única respuesta ha sido silencio o evasivas.
“Nos piden paciencia, que están revisando, que lo van a atender… pero aquí los únicos que están atendiendo algo somos nosotros, consolando a nuestros niños que ya no quieren venir”, reprochó un padre cuyo hijo ha mostrado ansiedad y miedo desde el inicio del ciclo escolar.
Los vecinos y tutores señalan un punto en común: la falta de autoridad y reacción dentro del plantel. La directora, Erika Janet Pérez Sandoval, y el supervisor escolar, Roberto Romero Medina, son acusados directamente de minimizar la gravedad de los hechos y de no activar los protocolos de seguridad establecidos.
Por eso, la demanda es firme: su salida inmediata. Para las familias, cualquier autoridad que haya permitido esta acumulación de violencia ya perdió toda legitimidad.
“No podemos dejarles la vida de nuestros hijos a personas que se niegan a ver lo que está pasando”, afirmó una vecina.
Además, solicitan la intervención inmediata de autoridades externas que garanticen un diagnóstico real de lo que ocurre dentro del plantel y que establezcan un protocolo estricto de prevención y respuesta al acoso.
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