La calificadora Moody’s proyectó que el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial se estabilizará en un rango de entre 2.5% y 2.6% durante 2026 y 2027, lo que refleja una desaceleración gradual frente al 2.9% estimado para 2024 y al 2.6% de 2025.
Aunque la expansión se modera, el informe titulado “Perspectiva global macro: La divergencia de políticas y los cambios en el comercio configuran una perspectiva estable pero mixta” anticipa que el escenario económico global permanecerá resistente pero desigual, con brechas marcadas entre economías desarrolladas y emergentes.
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De igual modo, Moody’s prevé que los mercados emergentes crezcan alrededor de 4.0% anual, impulsados principalmente por una mejora en las expectativas para China y Estados Unidos, dos motores económicos clave que, pese a ritmos distintos, seguirán sosteniendo la actividad global.
En contraste, las economías avanzadas —como la Unión Europea, Japón y Canadá— apenas alcanzarán un crecimiento promedio de 1.5%, reflejando la persistencia de tasas de interés elevadas, inflación moderada y un consumo más cauto.
En el caso de Estados Unidos, la agencia subrayó que la economía se mantiene “resiliente”, aunque muestra señales de enfriamiento, pues el mercado laboral registra contrataciones estancadas y un crecimiento salarial moderado, propios de una fase tardía del ciclo económico.
Sin embargo, el fuerte gasto del consumidor y la inversión en inteligencia artificial (IA) han sostenido un PIB robusto, lo que ha llevado a revisiones al alza en las proyecciones para 2025 y 2026.
Moody’s advirtió que las tensiones geopolíticas, las disrupciones comerciales y la inestabilidad política aumentan la incertidumbre, mientras que la divergencia de políticas monetarias podría generar volatilidad en los mercados de bonos y presionar las finanzas internacionales.
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Aun así, los avances tecnológicos —particularmente en automatización e IA— ofrecen oportunidades de productividad y transformación industrial, aunque con el costo de reconfigurar sectores y empleos tradicionales.
En conjunto, el panorama económico mundial para los próximos años apunta a una expansión moderada pero sostenida, en la que la innovación tecnológica y la resiliencia del consumo serán los pilares del crecimiento frente a un entorno financiero más incierto y geopolíticamente complejo.
