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A diferencia del discurso oficial que culpa a la presidencia de Felipe Calderón Hinojosa de todos los males habidos y por haber, el verdadero fracaso del segundo presidente surgido del PAN estuvo en no haber podido cumplir los 74 compromisos del Acuerdo Nacional por la Seguridad, la Justicia y la Legalidad del 25 de agosto de 2008.

Al calor del sacudimiento social por el asesinato en un secuestro frustrado de un hijo del empresario Alejandro Martí en 2008, Calderón y su secretario de Seguridad, Genaro García Luna, juntaron a todos los grupos para firmar ese acuerdo de seguridad (https://www.oas.org/juridico/spanish/mesicic3_mex_anexo24.pdf) que tenía una novedad muy atractiva: cada uno de los 74 compromisos llevaba explícito el tiempo de ejecución y ya no era un documento retórico.

Días antes de la firma del documento se escuchó la voz tronante de Martí: “Si no pueden, renuncien”.

Los 74 compromisos en verdad que reorganizaban la totalidad de las estructuras gubernamentales de seguridad pública, pero a la hora de las decisiones nadie se hizo responsable del incumplimiento del compromiso.

Si se revisan hoy los 74 compromisos, se podría rescatar la revalidación de esas promesas de reorganización de la estructura de seguridad, pero implicaría tener que reconocer que cuando menos en la negociación y diseño del acuerdo sí hubo un compromiso real de Calderón y García Luna para presentar la reestructuración total del sector a partir del reconocimiento de que el viejo modelo prisa de seguridad estaba acabado.

Todas las propuestas posteriores son retóricas, no estructurales. Hablar de rehacer el tejido social en las comunidades del interior es decir todo y nada, porque el tejido social es producto de una acción del Estado para mantener la seguridad interior.

Así que síganle echando a Calderón…

 

Zona Zero

Una nota recogida por el sitio defensa.com, del sector castrense de España, registró un dato que hoy cobra actualidad: la posibilidad de que Putin le entregue a Maduro misiles ultrasónicos, mientras Estados Unidos consolida un cerco marítimo aéreo y terrestre alrededor de Venezuela. Si la Casa Blanca invade el Palacio de Miraflores de Maduro, necesariamente tendrán que venir reacciones del Kremlin para convertir la zona estratégica que divide Norteamérica y Centroamérica de Sudamérica. Venezuela no sería una Tercera Guerra Mundial, sino una réplica de Ucrania en América Latina.

 

(*) Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.

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@carlosramirezh

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