Ultimo Messaggio

Pensar, sentir, crear: funciones en riesgo en la sociedad hiperconectada Cómplices reúne a grandes divas en una comedia irreverente sobre la muerte

Jesús M., un menor de 15 años 11 meses, se hizo famoso cuando aterrorizó a la colonia Santa Elena, en la parte baja de Chimalhuacán, Estado de México, mientras mataba uno a uno a los presuntos asesinos de su padre y hermana… Le apodaban El Pista, fue detenido en un centro de atención para adolescentes infractores en Zinacantepec, y a los 19 años, tras salir, lo abatieron en un intento de asalto a un camión suburbano.

La historia de su vida como niño homicida, hasta su muerte se desarrolló entre 1996 y el 2000. El Pista buscaba venganza y mató a sangre fría, y así murió.

Chimalhuacán era un municipio dormitorio, gobernado por caciques priistas, en ese tiempo encabezados por la priista Guadalupe Buendía, La Loba, quien murió por Covid en la cárcel. Su primo hermano, Carlos Cornejo, quien fue alcalde, aún está en prisión. Después comenzó un gobierno encabezado por el Movimiento Antorchista, también del PRI, hasta que en 2021 ganó Morena, aliándose con algunos grupos que en un momento trabajaron al lado de La Loba.

Las condiciones de pobreza, el desempleo y nulo desarrollo económico en esa región del Edomex, además de la corrupción y los cacicazgos, la escasez de espacios culturales y muy pocos lugares para hacer deporte, crearon las condiciones en las que nació esta historia que pronto fue sustituida por la de El Chapito, también en Chimalhuacán… pero el fenómeno había cambiado, ya no se trataba de un menor que buscaba venganza, sino de uno utilizado por el crimen local contra sus rivales: fue identificado como un niño sicario.

En marzo de 2023 se detonó esta historia cuando un grupo de personas, entre ellas El Chapito, fueron detenidas acusadas de irrumpir y matar a ocho personas en un salón de fiestas, en el Barrio Fundidores, muy cerca de Santa Elena, en donde 25 años atrás El Pista había causado temor y asombro.

El pasado 30 de abril, 24 HORAS publicó que la Red por los Derechos de la Infancia en México, Redim, detectó que los criminales reclutan menores cada vez más jóvenes, incluso niños, los cuales según sus investigaciones son “atrapados” por sus redes desde los

siete años. Sus actividades comienzan como pileros, es decir, que buscan pilas para los dispositivos de comunicación; halcones, que avisan quien llega, entra o sale a algún territorio; mulas, que llevan droga o dinero de un lugar a otro, y se han detectado hasta cocineros, encargados de meter en ácido algún cuerpo para disolverlo.

Según estimaciones de la Redim, actualmente hay entre 250 mil y 400 mil infantes en riesgo de terminar en estos grupos.

Los gobiernos y la sociedad fallamos con esos jóvenes, y habrá que establecer ambiciosos programas para recuperarlos, ofrecer oportunidades, centros culturales, escuelas, universidades, centros de trabajo y esparcimiento y vigilancia en redes sociales, entre otros aspectos. No son suficientes las becas, es necesario una mayor inversión con un espectro más amplio.

…Ya vimos cómo evolucionó –si es que se puede usar esta palabra ya que lo correcto podría ser involucionó o se distorsionó aún más– ese problema. Y un ejemplo es el presunto homicida del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, un joven menor de edad, de 17 años, originario de Paracho aparentemente, usado por el crimen organizado.

 

#LoboSapiensSapiens  

¡A gastar que el año se va acabar!

Si en las próximas semanas se observa la intensificación de obras en camellones, parques y otros espacios como ciclovías, es que se acaba el año y el llamado presupuesto participativo debe gastarse, o se devuelve… y nadie quiere devolverlo. Lo que sigue es la vigilancia ciudadana, para ver cómo se gastan esos recursos.

 

    @chimalhuacano

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *