La serie documental Juan Gabriel: Debo, Puedo y Quiero, de la cineasta María José Cuevas y las productoras Laura Woldenberg e Ivonne Gutiérrez, ha causado gran sensación en el espectador al adentrarse en la vida del ser humano, de Alberto Aguilera Valadez, pero visto con los ojos del artista de fama mundial.
Muchas son las buenas reseñas y críticas respecto a esta producción que salió a partir del extenso archivo que creó el Divo de Juárez.
Para estos cuatro capítulos se revisaron 2 mil 267 cintas en 16 formatos distintivos que van desde 1970 a los 2010; 2 mil 500 fotografías personales; 30 mil fotografías digitales y alrededor de 500 mil archivos de audio.
“Esto se va a grabar para cuando yo ya no esté en este planeta y la gente lo recuerde”, es lo primero que se escucha en voz del cantante mientras se proyectan imágenes de él.
Esta forma de conocer a uno de los más grandes cantautores es un acierto de la producción que ha fascinado a propios y extraños.
‘Está extraordinario’
El crítico de cine Javier Ibarreche, por ejemplo, dice con mucha efusividad: “El documental de Juan Gabriel está extraordinario”, y agregó que el cantante “debería estar en un billete”, “es espectacular”, “una joya total”.
En redes sociales hay más comentarios como: “¡Qué belleza!”, “me conmovió mucho”; “Qué chulada”, “cada minuto vale la pena”, “ufff está buenísimo”; “he llorado como hace mucho tiempo no lo hacía, te extrañamos todos Juan Gabriel”, “ya sabía que tendría un final trágico y lo revela en su documental”, y más todos positivos.
La narración y las imágenes aciertan en mover las fibras más sensibles del público que lo ha visto, sin importar si son sus fans o no. ¿Será que mucho tiene que ver con que nunca nadie nos imaginamos que una estrella como él tenía guardado tanto material biográfico para precisamente ser mostrado luego de su muerte?
Es impresionante ver a Alberto luchar por ser alguien en el mundo de la música, conquistar el amor de su madre, la fama, sus amistades, la forma en la que logra que se le abran las puertas del Palacio de Bellas Artes –a través de la primera dama de México, Cecilia Occelli de Salinas– luego de hacer cantar y bailar a las masas, ya fuera en los palenques en el centro de espectáculos Premier y conquistar a los hombres en cada presentación, pasando por sus pleitos con Hacienda y Televisa, hasta ese día en que decidió despedirse mientras nadaba en una alberca de la que sale para comentar: “Tanto nadar para morir en la orilla”. Muchos dicen que ya presentía su muerte.
Trabajo de María José es ‘increíble’
La biopic llamó poderosamente la atención de Silvia Urquidi, quien colaboró con Alberto durante varios años y contaba con su entera confianza al grado de, incluso, ser parte de todas esas miles de grabaciones.
En entrevista con este medio, Urquidi aseguró que el trabajo hecho por María José es “increíble”, para conocer al hombre detrás del artista.
Sin embargo, está convencida de que tanto la directora como las productoras se subordinaron a lo que Iván, uno de los hijos del artista, querrá dar a conocer con el objetivo de limpiar su imagen y de paso, obtener dinero.
CITA
“Para quienes conocimos a Iván, este documental es la forma para excusarse por su nombramiento como heredero universal y hasta este momento, no compartir con ninguno de sus hermanos ni un peso de la herencia”.
Silvia Urquidi/ exmánager de Juan Gabriel
NÚMERO
2 mil 267 cintas en 16 formatos distintivos que van desde 1970 a los 2010 se revisaron para la docuserie de Netflix.
