Dos aviones comerciales chocaron sobre la pista del aeropuerto LaGuardia en Nueva York, la noche del viernes 31 de octubre, sin que hubiera reporte de pasajeros ni tripulación heridos.
Tras el incidente, autoridades procedieron al desalojo de todos los pasajeros a bordo de los vuelos complicando aún más la crisis por la falta de controladores aéreos, debido al cierre del Gobierno Federal en Estados Unidos.
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El choque se dio cuando el vuelo 580 de United Airlines aterrizó procedente de Chicago y al dirigirse a la puerta de llegada se impactó con la cola del vuelo 434 de la misma aerolínea, que esperaba en la pista para despegar hacia Houston, Texas.
La ciudad de Nueva York ya vivía un día caótico en sus aeropuertos por la combinación de fuertes vientos y la falta de personal en sus torres de control; el Aeropuerto Internacional John F. Kennedy suspendió temporalmente sus despegues, al igual que el de LaGuardia.
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Los controladores aéreos forman parte de los 730 mil empleados federales de Estados Unidos que cubren labores esenciales sin cobrar su suelo, situación que inquieta pues podrían comenzar a ausentarse de sus puestos de trabajo mientras la situación de cierre se prolonga.
Actualmente, el Senado se mantiene bloqueado por la demanda demócrata de que se prolonguen los subsidios del programa sanitario Obamacare, que caducan a finales de año, a cambio de aprobar el presupuesto que levante el cierre.
