Los primeros días de noviembre guardan un día especial en el calendario para recordar a quienes partieron; pero previo a esas fechas, el 30 de octubre está dedicado a aquellos que nunca fueron identificados.
Mientras millones de mexicanos decoran altares y visitan a sus seres queridos en los panteones por el Día de Muertos, 7 mil 700 occisos no tendrán quien los recuerde, porque llegaron al Instituto de Ciencias Forenses (Incifo) y no los reclamaron ni reconocieron.
Cuando una persona fallece por causas violentas, en un accidente o nadie la identifica, su cuerpo se lleva al Incifo para realizarle una necropsia.
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En respuesta a una solicitud de información, el Poder Judicial de la Ciudad de México compartió a 24 HORAS que, del 1 de enero de 2020 al 30 de septiembre de 2025, recibió 35 mil 179 cadáveres.
En ese periodo, los expedientes del Incifo comprenden cuerpos de personas, miembros, fetos y restos áridos ingresados a las instalaciones.
Una vez que se realiza la autopsia, el destino final del cuerpo depende de si lo identifica su familia o no. Si lo reclaman, el Incifo entrega el cadáver a los familiares para que se hagan cargo de los servicios funerarios.
De lo contrario, la institución resguarda el cuerpo por hasta seis meses y si continúa en calidad de desconocido, lo aguardan dos posibles destinos: la fosa común o un instituto de investigación.
Más de 7 mil muertos sin identificar
En este sentido, del total, el Incifo compartió que a 7 mil 700 occisos nadie los reclamó ni los identificó.
De ellos, 3 mil 178 cadáveres se enviaron a la fosa común en el Panteón Civil de Dolores; mientras que 4 mil 522 se donaron a universidades como la UNAM, el IPN o la Universidad Anáhuac con fines de investigación y docencia.
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Aunque no tengan una veladora o un altar para conmemorar el Día de Muertos, el 30 de octubre es un día especial, ya que en esa fecha llegan las almas olvidadas, las que no tienen a nadie que rece por ellos; se dedica un momento para los que partieron sin testigos.
De acuerdo con la tradición, a ellos se les ofrece en el altar pan, sal y veladoras para que encuentren su camino de vuelta.
Cifra
7 mil 700 occisos quedarán en el anonimato, ya que ingresaron al Incifo pero nadie reconoció ni reclamó sus cuerpos.

 
                 
                