Elio Henríquez/La Jornada/San Cristóbal de Las Casas, Chis. – El indígena tseltal, Mariano Encinos Gómez es rezador y curandero tradicional y asegura que lo hace porque una madrugada la virgen del Rosario le dijo que tenía que curar desde niños hasta viejitos.Dijo que “un día, como a las 4 de la mañana estaba en mi cama cuando vino la virgen del Rosario a dejarme unas flores grandes, de todos colores. Me vino a visitar. Estaba despierto yo. Te vine a visitar, me dijo, y te traje unas flores, pero eran grandes”.
Agregó: “Te vine a ver, me dijo en tseltal. Está bien, le dije. ¿Cómo estás?, me dijo. Bien, le respondí. Te vine a dejar esas ofrendas para que cures desde los pequeños hasta los mayores. Ese es el trabajo que te voy a dejar, dijo. Siempre me viene a ver”.
Señaló que a partir de ahí, hace alrededor de 17 años, comenzó a rezar y a curar, principalmente en su natal Oxchuc. “La virgen del Rosario me dijo que curara desde pequeños hasta viejitos”.
En entrevista, comentó que antes de que lo “visitara” la virgen, los mayordomos lo nombraron captán (sic), el responsable de hacer la fiesta de febrero.
Junto con su esposa, Herlinda Gómez López, y varios músicos sale a rezar durante una ceremonia oficial para la que es contratado. Lleva 13 velas, un incensario, sonaja, tambor, arpa y guitarra que tocan músicos tradicionales.
Al inicio del rezo tradicional “se reparte una copa de pox (aguardiante) a los presentes “porque así es la costumbre, para que no se cansen y estén contentos”.
Mencionó que varios rezadores, los mayores, “ya se adelantaron y otros están viejitos. Yo sufrí y gasté. Hasta ahorita que toqué el extul. Hay un libro sagrado que lo cuidamos 13 días, desde el 31 de diciembre al 13 de enero. Como era yo captán, me tocó cuidarlo”.
Mariano es “cien por ciento católico” y reiteró que le gusta su trabajo de rezador y curandero. Mis papás no rezaban. A mi la virgen me vino a visitar y me dijo que curara”.

 
                 
                