Redacción
Las personas de la diversidad sexual y de género que pertenecen a pueblos originarios o comunidades indígenas enfrentan condiciones estructurales de desigualdad que limitan el ejercicio de sus derechos, advirtió Cristian Alfredo Aguilar Peralta, especialista en derechos humanos y egresado del doctorado en Administración y Políticas Públicas.
El investigador señaló que factores como la pertenencia cultural y la orientación sexual o identidad de género diversa provocan una doble discriminación. En muchos casos, explicó, las mujeres trans, lesbianas u hombres gay son objeto de exclusión tanto dentro de sus comunidades como en los entornos urbanos a los que migran en busca de oportunidades educativas o laborales.
Aguilar Peralta subrayó que los avances en derechos humanos para personas de la diversidad sexual no siempre alcanzan los territorios indígenas debido a barreras lingüísticas, geográficas o culturales, además de la falta de intérpretes y de personal con formación en perspectiva de género e interculturalidad.
Ante este panorama, consideró necesario que las instituciones y las políticas públicas desarrollen programas y estrategias diferenciadas que reconozcan y atiendan la diversidad sexual en los pueblos indígenas, respetando sus contextos culturales y sociales.
El especialista destacó que el machismo y la cultura patriarcal son factores que agravan la discriminación y exclusión hacia las personas indígenas LGBTTTI+, al reforzar estigmas sobre quienes se apartan de los roles tradicionales de sexo, género, expresión e identidad.
Agregó que la diversidad forma parte de la riqueza social y cultural, por lo que reconocerla resulta indispensable para preservar la dignidad humana y fomentar el respeto a los derechos fundamentales.
Recordó que en distintas culturas originarias existen expresiones históricas de diversidad sexual, como las “muxes” del Istmo de Tehuantepec, los “chuntás” de Chiapas, los mayas peninsulares o los mapuches en Chile, cuyas prácticas y concepciones fueron alteradas por los procesos de colonización y la imposición de modelos occidentales de masculinidad y familia.
Concluyó que recuperar esas formas originarias de convivencia y respeto es esencial para construir sociedades más incluyentes y con justicia social para todas las identidades.
