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Intercambio franco, directo, sin ambages. En su comparecencia en el Congreso de la Ciudad de México, el secretario de Gobierno, César Cravioto, respondió a la crítica, definió prioridades, marcó ruta y hasta se dio tiempo de lanzar consejos “sin bulear ni cabulear”.

No fue sesión de golpes bajos ni desplantes, sino confirmación de gobernabilidad sostenida en la conversación, incluso, con quien piensa diferente. Esa es, en el fondo, la misma lógica que la jefa de Gobierno, Clara Brugada, imprime en su estilo de gestión.

La política capitalina tiene en el diálogo su más vieja tradición y su más nuevo desafío. Cravioto lo recordó, a veces con ironía, otras con serenidad, cuando respondió a las críticas opositoras. A la diputada de Movimiento Ciudadano, Patricia Urriza, quien acusó falta de planeación para el Mundial de 2026, el Secretario replicó con picardía: “El mejor lugar para ver el Mundial va a ser la CDMX, no va a ser ni Monterrey ni Guadalajara. Tan es así que el gobernador de Nuevo León (Samuel García) está aquí, aprendiendo de lo que hacemos”.

En sus redes, un par de horas antes, el mandatario estatal argumentó su estancia en la capital nacional con un “porque acá se parte el queso”, expresión norteña para definir el lugar donde se toman las decisiones importantes.

En el fondo, la comparecencia de Cravioto fue una bitácora de gobernabilidad en su acepción más filosófica: el arte de sostener el orden sin sofocar la pluralidad. Desde Platón hasta Jürgen Habermas, el diálogo ha sido entendido como el corazón de la vida pública. En La República, el ateniense situó la política como una búsqueda colectiva del bien común, donde la palabra es vehículo de entendimiento. Para el alemán, siglos después, fue el espacio donde las decisiones derivan de la “acción comunicativa”, no de la imposición.

La gobernabilidad en la capital no se explica por la ausencia de conflicto, sino por su conducción civilizada. La administración de Brugada ha apostado por mesas interinstitucionales que, más que coordinar, integran visiones. Ahí se definen, por ejemplo, operativos para eventos masivos, con la presencia de Protección Civil, Seguridad Ciudadana, el C5.

Cuando Cravioto habló de un Gobierno cercano se refirió a un método, y lo explicó así: “La jefa de Gobierno es una gobernante cercanísima a la gente y eso facilita mi trabajo”.

El diálogo no se agota en discursos, tiene expresiones concretas en políticas públicas prioritarias: el Gabinete de Personas Desaparecidas, el Plan General de Desarrollo, el combate al despojo, el ordenamiento del comercio informal.

En Donceles hubo ironía, pero no sarcasmo; réplica, sin humillación. “Sinceramente, la oposición tiene mucho que aprenderle a la Cuarta Transformación”, dijo Cravioto arriba del banquito de la tribuna del Congreso, no en tono de desafío, sino de invitación.

 

    @guerrerochipres

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