El gigante automotriz Toyota Motor Corp. atraviesa un panorama mixto, pues mientras registra ventas y producción récord a nivel global, enfrenta vientos en contra en Japón y China, donde la competencia y la contracción del mercado desafían su liderazgo.
Durante la primera mitad del año fiscal, el grupo -que incluye a Daihatsu Motor Co. y Hino Motors Ltd.- reportó 949,153 unidades vendidas en septiembre, un aumento de casi 3% interanual, mientras que la producción creció 9% hasta superar el millón de vehículos.
Con ello, Toyota encadenó 9 meses consecutivos de crecimiento interanual y 7 meses de récord histórico en ventas y fabricación.
En Estados Unidos, las ventas de las marcas Toyota y Lexus aumentaron más de 14% en septiembre, lo que compensa la debilidad en Asia. En contraste, las ventas cayeron 1% en China y 5% en Japón, afectadas por la eliminación de subsidios y un retiro del modelo Prius que frenó la producción local.
La compañía ha resistido la volatilidad en China y las tensiones comerciales derivadas de los aranceles impulsados por el presidente Donald Trump, apoyándose en la fortaleza de sus híbridos y el avance del modelo bZ3X, su apuesta eléctrica. Sin embargo, la pérdida de participación frente a fabricantes locales como BYD muestra que el mercado chino sigue siendo un reto estructural.
Con una primera mitad fiscal récord y un entorno global desigual, Toyota consolida su posición como el mayor productor mundial, pero su reto inmediato será mantener el impulso sin depender del mercado estadounidense
