La estocada llegó cuando más optimismo había.
Marcelo Ebrard se había reunido con sus pares, el estadounidense Howard Lutnick y el canadiense Maninder Sidhu, en los mejores términos.
Los tres representantes acordaron encaminar las pláticas hacia una renegociación de fondo y duradera del Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
-Todas en beneficio mutuo -fue la máxima de principios de la semana pasada.
Pero de repente el presidente Donald Trump sembró las dudas con la suspensión del diálogo comercial con el gobierno de Ottawa y el primer ministro Mark Carney.
El propio Ebrard había dicho la víspera: con Washington se llevaba un avance de 90 por ciento sobre las sanciones impuestas a distintos productos mexicanos.
Con el otro socio no había, y no los hay, obstáculos porque la visita de Carney a la presidenta Claudia Sheinbaum despejó dudas y juntos convinieron encaminar esfuerzos conjuntos ante Estados Unidos.
ELUSIÓN DE ARBITRAJES
Pese a todo, persiste el buen ánimo.
Marcelo Ebrard ha recibido la instrucción de mantener la mejor disposición con el secretario Howard Lutnick y el representante comercial Jamieson Greer.
Con Washington seguirá el esfuerzo por reducir al mínimo, o de plano eliminar, los aranceles impuestos por Donald Trump al acero, aluminio y productos agropecuarios bajo distintos argumentos.
Es el primer paso.
El siguiente será avanzar en la renovación del T-MEC en beneficio no nada más del comercio -más de 80 por ciento con Estados Unidos y tres por ciento con Canadá-, sino de la economía mexicana.
Dicho en otros términos: ni Claudia Sheinbaum ni Marcelo Ebrard creen en los amagos de Donald Trump de sustituir el acuerdo trilateral de América del Norte con entendimientos bilaterales.
Esta convicción no limita negociaciones paralelas de gobierno a gobierno para alcanzar arreglos comunes sobre temas y productos específicos no contemplados en el tratado.
Es una vía de salvación -o de beneficio si se ve con espíritu positivo- del intercambio no contemplado en el tratado y los más amenazados por Estados Unidos para evitar quejas y arbitrajes internacionales.
INVERSIONES SEGURAS
1.- Por su cuenta, el diputado federal y dirigente sindical Pedro Haces da garantías de seguridad a las inversiones extranjeras.
Desde hace semanas el secretario general de la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM) se entrevista con altos ejecutivos.
La semana pasada se reunió con el presidente y CEO de Mazda Motor Corporation, Masahiro Moro, y tres de su equipo directivo, Takuji Iwashita, Takeshi Ishibashi y Miguel Barbeyto.
“En México siempre van a tener paz laboral. Vamos a cuidar mucho la planta Mazda porque no nos conviene que lo establecido en México se vaya”.
El mismo lenguaje, “no somos igual al sindicalismo viejo”, lo repitió el viernes en Veracruz, el sábado en Zacatecas y ayer en Puebla en reuniones con los gobernadores David Monreal, Pablo Lemus y Alejandro Armenta.
2.- A dos años del huracán Otis, la infraestructura hotelera de Acapulco se ha recuperado en 82 por ciento.
Las cifras oficiales del gobierno de Evelyn Salgado son las siguientes: el puerto cuenta con 290 hoteles en operación y 16 mil 200 habitaciones disponibles.
Los esfuerzos avanzan con más de 50 mil millones de pesos en 82 proyectos turísticos e inversiones de Fonatur para recuperar la imagen urbana, infraestructura diversa y la modernización de la Costera Miguel Alemán.
@urenajose1
