Cristian Millan
El fútbol mexicano ha perdido a una de sus figuras más emblemáticas con el fallecimiento de Manuel Lapuente, ocurrido el 25 de octubre de 2025 a los 81 años de edad. El legendario entrenador ha muerto debido a complicaciones derivadas de una neumonía, dejando tras de sí una huella imborrable en el balompié nacional. Su partida ha provocado una ola de homenajes en clubes, medios y aficionados que lo han recordado por su carácter firme y su inconfundible boina en la banca.
A lo largo de su vida, Lapuente ha construido una carrera ejemplar tanto dentro como fuera del campo. Como jugador, debutó en 1964 con el Monterrey y posteriormente defendió las camisetas del Necaxa, Puebla y Atlas. Además, ha formado parte del representativo mexicano que conquistó la medalla de oro en los Juegos Panamericanos de 1967, un logro que marcó el inicio de una trayectoria dedicada al éxito deportivo.
Tras colgar los botines, Lapuente ha consolidado una de las carreras más destacadas como director técnico en México. Su paso por equipos como Puebla, Necaxa, América y la selección nacional ha estado lleno de éxitos, producto de su disciplina táctica y su profundo conocimiento del juego. Su estilo sobrio y su exigencia lo han convertido en una referencia para generaciones posteriores de entrenadores.
En el banquillo, ha logrado sumar cinco títulos de Liga MX, además de haber guiado a la selección mexicana a sus mayores triunfos internacionales. Bajo su dirección, México ha conquistado la Copa Oro de 1998 y la histórica Copa Confederaciones de 1999, donde el equipo ha derrotado a Brasil en una final recordada como una de las más grandes gestas del fútbol nacional.
El legado de Lapuente ha trascendido los resultados deportivos. Su visión estratégica y su capacidad para inspirar a sus jugadores han sido elementos centrales de su éxito. A lo largo de los años, ha sido considerado un símbolo de profesionalismo y pasión, un entrenador que ha sabido imponer respeto dentro y fuera del vestidor.
Su fallecimiento ha generado una profunda tristeza en el entorno futbolístico, donde jugadores, clubes y aficionados han rendido homenaje a su trayectoria. Diversas instituciones han recordado sus aportes al desarrollo del fútbol mexicano y su papel fundamental en algunos de los capítulos más brillantes del deporte nacional.
Manuel Lapuente ha dejado un legado que perdurará por generaciones. Su vida ha sido un ejemplo de compromiso, disciplina y amor por el fútbol. Con su partida, el balompié mexicano ha perdido a uno de sus más grandes referentes, pero su influencia seguirá presente en cada campo de entrenamiento y en cada joven que sueñe con alcanzar la grandeza en el deporte.
