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Se entiende que el PAN haya decidido anunciar que no hará más alianzas con ningún partido, aunque su dirigencia está mirando el árbol y no el bosque.

En un afán por recuperar glorias pasadas, la dirigencia nacional panista anunció “el relanzamiento’’ del partido, con un discurso sin mayor compromiso que “abrirse a la ciudadanía’’ y con la promesa de reformar sus estatutos para adecuarlos al discurso.

Y aunque los liderazgos visibles aplaudieron el giro que le pretenden dar al partido, lo cierto es que falta un proceso engorroso que tendrá que romper con barreras y tabúes ideológicos pues es bien sabido que si hay un partido resistente al cambio, es precisamente el PAN.

Lo que parece que los panistas, encabezados por el temeroso Jorge Romero, quien ni siquiera dedicó una línea a criticar al partido en el gobierno, es que en su preocupación por recuperar espacios dejaron de ver el interés del país.

Más que preocuparse por mantener o incluso ampliar el número de gubernaturas que tiene, el blanquiazul debió poner los ojos en ganar el mayor número de posiciones en la Cámara de Diputados, desde donde el gobierno ha hecho lo que ha querido con leyes y reglamentos.

Los panistas quizá ni siquiera revisaron las encuestas o sus propias proyecciones sobre las posibilidades de triunfo en los 300 distritos electorales, en los congresos locales y en las gubernaturas antes de cancelar de facto las posibles alianzas con el PRI.

Es cierto que toda alianza tiene un precio, pero ahora mismo, la única forma de ser competitivos en contra de Morena y sus eternas rémoras, el PT y el Verde, era ir aliados no en todos los distritos, ciertamente, y quizá no en todas las candidaturas a gobernador.

¿Ya vieron las encuestas recientes de la carrera por la gubernatura de Chihuahua?

Sin una alianza, el PAN corre el riesgo de perder ese bastión, ante el crecimiento que ha tenido el presidente municipal de Ciudad Juárez, Cruz Pérez Cuéllar, que, si no le aplican la barredora, deberá competir por Morena.

¿Ya midieron bien si podrán competir contra Morena en Querétaro, cuyo gobernador Mauricio Kuri se pasa de obsequioso con la presidenta Sheinbaum?

¿Estará acaso buscando anticipadamente su embajada o consulado?

Para efectos prácticos, al país no le serviría de mucho que el PAN mantenga o sume dos o tres gubernaturas si a cambio, permite que el Congreso siga en manos de la triada que ha hecho hilo y trapo con las leyes para favorecer su causa.

Eso era ver el bosque, pero quizá dos o tres edificios le estorbaron la visión.

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Desde que renunció a su militancia de 40 años al PRI, Enrique de la Madrid ha sido visto lo mismo que con el MC que con el PAN, como ocurrió el sábado pasado.

En el MC aseguran que con él no han hablado de afiliación y ni siquiera se necesitaría, pues de acuerdo con los estatutos del partido, el 50% de sus candidaturas deben otorgarse a ciudadanos.

Así que, si en algún momento De la Madrid quisiera disputar un cargo bajo la bandera del MC, no tendría que afiliarse.

Y quién sabe con el PAN, si ese fuera el caso, porque a pesar del llamado de su dirigencia a que cualquier ciudadano se apunte en busca de una candidatura, todavía se tienen que fijar las reglas.

Ni modo que fuera así, todo fácil, como una tómbola.

 

    @adriantrejo

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