Todos los días desde muy temprano, o muy noche, según lo solicite el cliente, cientos de pipas de 10 mil y hasta 40 mil litros, acarrean hacia la Ciudad de México agua, que dicen, que es potable. Una parte importante entra por la carretera México Texcoco y salen de municipios como Chimalhuacán, Los Reyes la Paz o Chicoloapan, de la zona oriente… pero también de la zona norte como Zumpango y Tepotzotlán.
En Chicoloapan, incluso, hay naves industriales a donde entran a cargar los carros-tanques. El agua es controlada por caciques locales que generalmente tienen vínculos con las autoridades municipales, de otra forma no podría explicarse la salida de pipas llenas de agua de lugares en donde la mayoría de las concesiones es para uso agrícola… pero ya no hay campo.
Para que una pipa transporte agua potable debe sujetarse a una supervisión que garantice que el agua que transportan está potabilizada, y es apta para consumo humano.
A la media noche, en algunas plazas de la Ciudad de México, como Delta, o en algunos hoteles capitalinos se observa a los camiones-tanque descargar agua. Y surge una pregunta: ¿Las autoridades en realidad checan o verifican que el agua que reciben de esas pipas los centros comerciales y hoteles es potable?¿Que está adecuadamente potabilizada para el consumo humano?¿Y que fue extraída legalmente del subsuelo?
Hemos normalizado la entrada a la Ciudad de México de gigantescas pipas sin conocer a ciencia cierta de qué pozos extraen el agua o si tienen los permisos adecuados. De ahí la importancia de la iniciativa de la nueva Ley de Aguas que envió la presidenta Claudia Sheinbaum a San Lázaro que contempla hasta 12 años de cárcel a quienes lucren con el agua extraída ilegalmente de pozos.
El robo de agua de los acuíferos para venderla como potable en el Estado de México y en la CDMX, es igual de escandaloso que el del combustible, y tiene que ver con una red que involucra a autoridades y caciques regionales que se han enriquecido con este modelo de saqueo. Habría que preguntar a la gobernadora Delfina Gómez y a los alcaldes de los municipios mencionados, si han realizado acciones para contrarrestar ese robo… Algunos alcaldes se convirtieron en diputados locales o federales, y en senadores, y otros, aliados con esos caciques han vuelto a ser alcaldes, y el robo de agua sigue.
Ojalá esa nueva ley se apruebe pronto, porque el saqueo de agua de forma indiscriminada no solo genera el agotamiento del acuífero, también provoca hundimientos y agrietamientos como los que vemos en la calzada Zaragoza, justo en los límites con esos municipios de donde se extrae el agua.
#LoboSapiensSapiens
Los nepobabies de la 4T y las redes
Ahora, más que antes, se conocen los excesos de los juniors del poder político: hijos de gobernadores y exgobernadores, o de otros funcionarios presumen en redes sociales su vida de millonarios. Si hubo excesos con el PAN y con el PRI, que fueron exhibidos principalmente por algunos medios, ahora son los mismos nepobabies de la 4T quienes se exhiben, en Instagram o en Facebook. La vanidad… la vanidad.
@chimalhuacano