Por Hugo Torres
A un año de haber asumido la jefatura de Gobierno, Clara Brugada Molina ha consolidado su estilo: cercano, territorial y con una clara vocación social. Su administración ha continuado la ruta de transformación que caracteriza a la Ciudad de México desde los gobiernos de izquierda, poniendo el acento en la igualdad y la justicia urbana.
El impulso a las Utopías Urbanas es, sin duda, su sello más visible. Espacios que antes eran terrenos baldíos hoy son centros deportivos, culturales y educativos donde miles de capitalinos ejercen derechos que antes parecían abstractos. En paralelo, programas de movilidad y seguridad han mantenido estabilidad: el avance en la modernización del Metro, el fortalecimiento del Cablebús y la disminución de delitos de alto impacto reflejan una gestión con resultados concretos, aunque todavía con desafíos en transporte concesionado y abasto de agua.
Un punto destacable ha sido su relación institucional con las alcaldías, en particular con Benito Juárez, gobernada por Luis Mendoza, del PAN. Pese a las diferencias ideológicas, ha prevalecido el diálogo y la coordinación, demostrando que la gobernanza puede construirse sin fobias ni filias políticas. Esa disposición a cooperar en temas como seguridad, movilidad y servicios urbanos envía una señal clara: la Ciudad de México avanza cuando sus autoridades priorizan a la ciudadanía por encima del cálculo partidista.
Brugada ha evitado la confrontación política y ha preferido el trabajo de base, visitando colonias y dialogando con sectores sociales que históricamente se sentían relegados. Esa cercanía le ha permitido conservar legitimidad y respaldo ciudadano, incluso en contextos de alta exigencia.
Su primer año confirma que la transformación capitalina sigue viva, ahora con un rostro más comunitario. En buena medida, Brugada recoge y amplía el legado de Claudia Sheinbaum, quien sentó las bases de una ciudad sustentable, innovadora y con perspectiva de derechos. Si el rumbo se mantiene, la capital no solo seguirá siendo el corazón político del país, sino también su ejemplo más tangible de que gobernar con visión social sigue dando resultados.
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