El alcalde se ausenta por “asuntos personales” mientras la capital mexiquense enfrenta rezagos en infraestructura, escándalos y cuestionamientos por opacidad
REDACCIÓN
La capital mexiquense atraviesa un momento crítico. El pasado 23 de septiembre, en sesión extraordinaria de Cabildo, el presidente municipal de Toluca, Ricardo Moreno Bastida, solicitó licencia por hasta 15 días para atender “asuntos estrictamente personales”.
La decisión llega en medio de denuncias ciudadanas, rezagos urbanos y polémicas en redes sociales, dejando en manos del secretario del Ayuntamiento, Justo Núñez Skinfill, la conducción temporal de la administración. Núñez ya había asumido este rol en 2018, pero ahora hereda un escenario mucho más desgastado.
Los problemas pendientes son numerosos. El bacheo y alumbrado público presentan graves deficiencias: vecinos de colonias como Cacalomacán y Santa Ana Tlapaltitlán han denunciado meses sin mantenimiento, pese a que Moreno presumía avances en sus cuentas oficiales.
A ello se suma el rezago en obras hidráulicas: el Plan Hídrico 2025–2050 sigue sin arrancar con claridad, mientras colonias como San Mateo Oxtotitlán padecen inundaciones recurrentes con cada temporada de lluvias.
El servicio de recolección de basura es otro de los talones de Aquiles. La intermitencia en rutas y la acumulación de desechos en puntos estratégicos del centro histórico han provocado quejas constantes de comerciantes y residentes, quienes acusan falta de planeación y transparencia en el manejo de contratos.
La gestión de Moreno también quedó marcada por la polémica. Semanas antes de solicitar licencia, circuló en redes sociales una fotografía en la que presuntamente aparecía vacacionando en Mykonos, Grecia, mientras aseguraba estar en reuniones de trabajo. El alcalde nunca desmintió la imagen ni ofreció explicaciones, lo que alimentó críticas sobre opacidad y desdén por los problemas locales.
Aunque el edil argumentó que la licencia responde a motivos familiares, y subrayó que su estado de salud es óptimo, la falta de detalles ha detonado especulaciones en torno a posibles movimientos políticos o preparación para una nueva candidatura. Su silencio frente a los cuestionamientos ha dejado en entredicho la rendición de cuentas de su gestión.
El reto inmediato recae en Justo Núñez, quien deberá responder a los reclamos ciudadanos y garantizar continuidad administrativa en un contexto de crisis de confianza. Mientras Moreno permanece fuera, Toluca enfrenta la incertidumbre sobre su rumbo político y administrativo, atrapada entre la exigencia de servicios básicos y la sombra de los escándalos que ponen a prueba la credibilidad del gobierno municipal.
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