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Da Paraguay prisión preventiva a Hernán Bermúdez Nadeen Ayoub, primera palestina en Miss Universo: “Somos más que nuestro sufrimiento”

Por: Eusebio Ruiz Ruiz.

El ser humano es por naturaleza sociable, necesitamos de la vida social, sin la célula básica de la sociedad -la familia- y sin el resto de la comunidad humana, en concreto de la patria, nada podemos.

El patriotismo es una exigencia por lo mucho que le debemos a la tierra en la que nacimos.

Septiembre, mes de la patria, es el tiempo propicio para fortalecer el valor del patriotismo.

El patriotismo es el AMOR A LA PATRIA.El término “patria” procede del latín pater, patris, que significa padre y de tellus, que significa tierra; es la tierra de nuestros padres, el país natal, la tierra natal. Es el suelo en donde Dios quiso y permitió que naciéramos y continuáramos viviendo, esto ya es una razón suficiente para amarla.

A la patria se le ama porque somos parte integrante de ella, es el hogar de todos los hogares, es la suma de todas las familias que componen nuestra nación.

La patria es mucho más que el territorio, abarca su historia: Sucesos significativos, símbolos patrios y su razón de ser, héroes, ideas y creencias que originaron los movimientos sociales y culturales; comprende la diversidad cultural y las tradiciones: su idioma oficial y los dialectos, los valores, las costumbres, la gastronomía, las festividades, la religiosidad popular, la artesanía, la música, el baile y cualquier otra manifestación artística; sobre todo, lo valioso de su gente. Todo esto nos da identidad y sentido de pertenencia.

El amor a la patria no son palabras, son hechos.Amar a la patria es trabajar por la paz, la unidad, la estabilidad, la armonía y el buen entendimiento entre los mexicanos.

El amor a la patria se manifiesta con la conducta, los buenos modales, el fortalecimiento de los lazos comunitarios, la solidaridad, el trabajo en equipo, el respeto, el celo por las instituciones y el interés común. Cuando se ama a la patria se respeta a los compatriotas, se honra a los héroes, a las leyes y costumbres, a los símbolos patrios y a las autoridades legítimas.

El que ama a la patria trabaja para engrandecerla, contribuye al bien común, está comprometido con la tierra que lo vio nacer, cumple con sus deberes de ciudadano e incluso puede dar la vida por su tierra natal, no por el capricho de un gobernante.En el servicio a la patria se hace palpable el amor.

El militar español Don Luis Bermúdez de Castro escribió: “Se sirve a la patria trabajando para su prosperidad y riqueza, en el campo, en el taller, en la fábrica, en la escuela, en todos los organismos de la vida nacional; y la práctica de las virtudes cívicas hace al hombre robusto y fuerte para soportar los combates de la vida.

La disciplina en la familia es la base de la sociedad; el respeto y obediencia a los padres habitúan al ciudadano a respetar las leyes, que son mandato de la nación; el trabajo asiduo es el enemigo mayor de la pobreza, y la pobreza el mayor enemigo de la patria”. No es ciego ni ingenuo el patriotismo, el patriota es capaz de ver los errores y deficiencias, pero no se queda en la crítica, trabaja para corregir los defectos, busca medios y soluciones para engrandecer, fortalecer y hacer próspera a la patria.

El patriota no alardea con palabras ese amor, lucha por el bienestar de su tierra, lo demuestra con acciones.El patriotismo se puede deformar por exceso o por defecto.

Por exceso es considerar que en el país todo es perfecto y nada de los otros pueblos vale la pena o merece tomarse en cuenta, a esto se le conoce con el nombre de chovinismo o chauvinismo, por Nicolás Chauvín, soldado de Napoleón, se trata de un nacionalismo exagerado.

Al respecto, en el número 75 de la Constitución Gaudium et Spes se lee: “Los ciudadanos deben cultivar un espíritu patriota generoso y leal, pero sin ser intolerantes. Esto significa que siempre dirigirán su atención al bien de toda la familia humana, unida por los diferentes lazos que unen a las razas, los pueblos y las naciones”.

Por defecto es cuando todo queda en sentimentalismo, emociones pasajeras y discursos hermosos, sin acciones concretas y generosas.

Otra deformación por defecto es el cosmopolitismo, las personas se consideran “ciudadanos del universo”, renuncian a los sentimientos patrióticos, a la cultura y tradiciones nacionales, no aman a su país ni a ningún otro, debilitan la lucha de los pueblos por la independencia y soberanía nacionales. Denigrar a la patria con críticas, difamaciones y resaltando los defectos, sin hacer nada por remediarlos, es muy propio del cosmopolitismo.

En el cosmopolitismo están incluidos el malinchismo: Menospreciar lo propio, no reconocer los bienes nacionales y sobrevalorar lo extranjero; el internacionalismo económico, con el lema: “La patria es para cada hombre el sitio donde se halla bien” o “donde están los bienes, ahí está la patria”; y el internacionalismo comunista: «El proletariado no tiene patria» y «¡Trabajadores de todos los países, uníos!», escribieron los creadores del marxismo clásico: Karl Marx y Friedrich Engels.

El marxismo es un enemigo acérrimo de la patria y el patriotismo, revoluciones, movimientos y gobiernos de tipo socialista y comunista tienen su origen en el pensamiento marxista. Debemos tener mucho cuidado con el socialismo tan predicado y defendido en nuestro tiempo y en nuestra patria, se trata de un sistema que tiene como historia el fracaso para los pueblos.

Termino con las palabras del escritor y periodista Constancio Cecilio Vigil (1876-1954): «Ama a su patria el hombre que es honrado y laborioso, que gobierna su hogar con rectitud y entrega noblemente al porvenir parte de sus energías.El que rompe la tierra con su arado, el que levanta un muro ladrillo por ladrillo, quienes tienden un riel con dolor de su cintura, quienes dan su trabajo en los talleres y en los laboratorios, los que buscan la verdad, los que forjan la belleza, todos ellos sirven y honran a la patria y la engrandecen cada minuto con su esfuerzo.

No ama a la patria, aunque haya nacido en ella, el haragán, el que defrauda a la comunidad, el que engaña con ficciones, el que envenena el aire con su aliento de odio al extranjero.Aléjate presuroso de aquellos que emplean el tiempo en exhibir su patriotismo, y viven del patriotismo de los otros.

El hogar, la patria, la humanidad, la vida espiritual, forman círculos concéntricos con el individuo como centro y que no tienen por qué invadirse ni rozarse.

El verdadero patriotismo no empequeñece a nadie; no es dolor para nadie; es trabajo y es amor; alegría en el corazón y paz en la conciencia».

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