La escritora Chimamanda Ngozi Adichie (Enugu, Nigeria, 1977), reconocida mundialmente por su ensayo Todos deberíamos ser feministas y la novela Americanah, reconoció que Unos cuantos sueños tiene un significado especial, pues cree que el espíritu de su madre le ayudó a escribirla.
“Esta novela es distinta, no sólo porque me ha llevado mucho tiempo escribir una nueva novela, 12 años, sino también porque creo que esta es la novela que yo he escrito siendo una persona muy distinta a la que escribió las novelas anteriores.
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“Y precisamente por eso es distinto. Me gusta decir que es como mi novela de adultez, la primera novela que he escrito como adulta hecha y derecha, como madre y como una persona que ya no tiene padres”, dijo con una risa nerviosa, y recordó cómo fue que su madre y su padre murieron “inesperadamente” en 2020 y 2021.
“Sólo después del fallecimiento de mi madre pude escribir de nuevo. Me gusta decir, sinceramente, que el espíritu de mi madre me ayudó a escribirla“, espetó.
La ficción enseña lo que significa ser humano
Durante la conversación-presentación que mantuvo virtualmente con medios de Hispanoamérica, Ngozi Adichie aseveró que la ficción, el dolor y el duelo han sido toda una experiencia porque le han enseñado mucho de lo que significa ser humano.
“Siempre he sido una persona que, en general, me he sentido siempre segura de todo (…), y la perdida de mis padres me provocó cierta incertidumbre, y pienso que eso puede ser algo bueno para la creatividad”, confesó.
Consideró, también, que en esta novela sus frases son mucho más largas en comparación con el resto de sus novelas y que se suelta más aún en su amor por el lenguaje.
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“Creo que la vida es muy corta, no sabemos qué va a pasar mañana, así que me gusta dejar las frases que me gustan, aunque no hagan avanzar necesariamente el argumento de la historia. Y, además, la sensación de incertidumbre desde el COVID en el mundo es como si ya no fuera tan estable como pudiera ser, visto desde la política.
“Pienso que todo ello se ha colado en la escritura de la novela, la ha alimentado. Para mí es difícil hablar de la narrativa de la escritura como una terapia, porque creo que no es así, pero sí desempeña un papel a la hora de ayudarte a superar algo muy doloroso”, abundó.
Escribir, ejercicio vital
“Nunca he sentido la presión exterior, aseguró la escritora nigeriana respecto a sentir presión fe las y los otros a la hora de escribir y, sobre todo, publicar y que sea tan bien recibida como el éxito anterior.
“Y eso es porque escribir es el amor de mi vida, yo escribo desde que puedo deletrear. Mis ancestros me trajeron a este mundo para que yo escribiera, y tengo todavía esa sensación de asombro por ser leída”.
Sin embargo, confesó que hay algo de presión interna que sí es bastante significativa. “Sí siento la presión interior; es decir: yo soy mi mayor crítica. Siempre me estresa pensar que debería estar escribiendo. Siento la presión si no escribo”, abundó.
“Después de Americanah yo quería que mi libro siguiente me hiciera sentir convencida de mí misma, pero nunca estás segura cien por cien, y el éxito no te protege de la duda personal”, concluyó.
Literatura seria
A pregunta expresa acerca de la posible continuidad que sus temas de interés salpican también a Unos cuantos sueños y la exploración de estas mismas preocupaciones en la metamorfosis de las protagonistas de esta nueva novela, la autora aseveró en primer lugar que “la literatura es esencial para los seres humanos”.
“La historias per se son esenciales, pero, al mismo tiempo, me parece muy emocionante cuando mis novelas pueden ser útiles, es decir, que pueden hacer pensar respecto a una cuestión social o política”, añadió.
Reconoció que no del todo buscaba contribuir al discurso, aunque sin intención ese era el destino. Inexorablemente “puede y va a ser parte, ayudar a ampliar la idea de África, de las mujeres africanas, de los migrantes”.
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Finalmente, tras reflexionar acerca de la importancia de la amistad en su vida y cómo lo considera algo esencial en su pensar, dijo considerar que “es necesario ver más mujeres ocupar espacios en lo que llamamos literatura seria“.
“Me refiero a las complejidades, a la vida interior de las mujeres. La humanidad confusa, compleja de las mujeres. Me parece muy interesante que hay temas que damos por sentado en lo que nos parece que es la gran literatura, mirando hacia atrás, y gran parte de ella fue escrita por hombres, por lo que no representa a las mujeres en su complejidad. Y yo creo que ya es hora de cambiar eso”, finalizó.
Unos cuantos sueños de Chimamanda Ngozi Adichie llega a librerías de México a partir del 17 de septiembre.