Dicen que lo que mal empieza, mal acaba.
La toma de protesta de los integrantes del nuevo Poder Judicial, comenzando por los nueve ministros de la Corte, no pudo haber comenzado peor.
¿En qué país civilizado se ha visto que los ministros de la Corte recurren a ceremonias de supercherías para “purificarse’’? ¿En cuál país el hecho de ser indígena (sin experiencia para el cargo que asumió) garantiza una “justicia imparcial”?
¿En qué país se acepta que los ministros obedezcan el mandato de una curandera que le ordena mirar a la izquierda, a la derecha, para pedir “la guía’’ de las deidades y los “nahuales’’?
La ceremonia de entrega de bastón de mandó fue más un montaje para turistas, de esos que creen que en México sigue habiendo sacrificios humanos, que la toma de responsabilidades respaldadas en el conocimiento y no en la superstición.
¿Qué se puede esperar de nueve ministros que llegaron al puesto con cargo a los activos de Morena? ¿Imparcialidad, austeridad, justicia a ciegas?
De todas las reformas que han perjudicado la vida institucional del país esta es sin duda la que más costos tendrá.
Los ministros anteriores dejaron más de mil 100 asuntos sin resolver, entre ellos el de la constitucionalidad o no de la prisión preventiva oficiosa, que al Gobierno le urge que sea ratificada, a pesar de las violaciones al debido proceso que fueron señaladas por partidos opositores y organizaciones defensoras de derechos humanos.
Tendrán que resolver el tema de los amparos interpuestos por el empresario Ricardo Salinas en contra de lo que considera un cobro excesivo de impuestos, aunque ya la la propia Claudia Sheinbaum le dio línea para que voten a favor del pago.
Si hubiera una esperanza de cordura en la Corte, recaería en el ministro que no le debe el cargo a Morena, Giovanni Figueroa Mejía y tal vez una o dos veces más.
La reforma redujo a nueve el número de ministros para facilitar el control de la Corte pues ahora, en lugar de requerir de 8 de 11 votos posibles para rechazar una controversia, Morena solo requiere de seis, que en el papel ya los tiene.
Sea usted bienvenido al país de la seguridad jurídica.
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Tal y como se esperaba, durante el posicionamiento de los partidos políticos en San Lázaro con motivo de la presentación del Primer Informe Presidencial, los ánimos se calentaron.
Fue el líder del PRI, Alejandro Moreno, quien acusó que desde la llegada de Morena al poder se aplica una persecución política “orquestada desde la Presidencia’’.
Dijo que Morena pasó de “una alianza electoral a un cogobierno con crimen organizado’’ y por lo menos una decena de veces llamó a los legisladores del guinda “narcopolíticos’’.
Evidentemente eso encendió los ánimos de los morenistas y sus rémoras del PT y el Verde, que interrumpieron el posicionamiento del priista en varias ocasiones.
Lo chistoso del asunto es que el también senador tricolor encabezó las protestas más sonoras en San Lázaro, utilizando los mismos métodos que aplicaron los que hoy gobiernan y se sienten agredidos por “las formas’’ de Moreno, cuando ellos fueron los que iniciaron la escuela.
O qué, ¿tienen la patente o exclusividad para usar cartulinas y megáfonos.
@adriantrejo