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Nuevamente, el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) comunicó, en relación a las denuncias a través de diversos medios en las que diversas personas relataban sus interacciones con supuestos funcionarios de la dependencia cultural en ofrecimiento a puestos laborales dentro de la misma, que se trata de intentos de estafas electrónicas a su nombre.

“Se han difundido testimonios de personas que han sido contactadas vía telefónica por individuos que, de manera fraudulenta. se identifican como funcionarios del Instituto para realizar supuestos ofrecimientos laborales“, detallaron en un comunicado.

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“El INBAL subraya que las y los funcionarios del Instituto se rigen por las normas de la función pública y no han realizado en ningún momento solicitudes de pago de cuotas inexistentes u ofrecimientos de trabajo a través de mensajes o llamadas telefónicas”, aseveraron.

Además, a través de la misma ficha informativa, comunicaron que “ya se presentó una denuncia ante la Fiscalía General de la República (FGR), la cual lleva a cabo la investigación correspondiente a través de su policía de investigación cibernética”.

“Desde el 20 de diciembre de 2020, el INBAL ha mantenido una comunicación constante en sus redes sociales para alertar sobre estos intentos de estafa, publicando mensajes de manera periódica para advertir y prevenir posibles engaños”, concluyeron.

Recuento de los daños sobre estafas a nombres del INBAL

El pasado 16 de enero, el periódico Reforma publicó una entrevista con el actor Moisés Palacios, víctima de un fraude bajo este modus operandi, en el que perdió 20 mil pesos “a cambio de un trabajo para él y para el también actor Antúa Terrazas”, señaló el periódico.

Lo sospechoso, indicó el actor, es que al ser tan detallados los perpetradores en cuanto a los ofrecimientos, así como de “la estructura interna y el organigrama” de la dependencia, pareciera que quienes delinquen de esta manera “trabajan en el organismo o están ligados a él“.

Según lo expuesto por Palacios al medio, la oferta incluía: un salario superior a los 60 mil pesos, seguro de gastos médicos mayores, vales de despensa y viajes al extranjero, “entre otras condiciones que, en un sector precarizado como el cultural, resultaban de sumo interés”.

Los ejecutores se hicieron pasar por Haydeé Boetto, actual subdirectora general del INBAL. Durante el intercambio, una vez realizada la transacción en la que le hacían llegar el dinero a la supuesta funcionaria, le indicaron al actor que fuera al Palacio de Bellas Artes para concluir formalmente la contratación; sin embargo, según su testimonio, autoridades del lugar le informaron que se acababa de retirar.

La realidad, sin embargo, es que las oficinas de Boetto se encuentran en Reforma y Campo Marte.

Poco tiempo después, la historiadora Úrsula Camba también contó que le ofrecieron un puesto, bajo el mismo proceso, casi con las mismas prestaciones. Sin embargo, ella no depositó el dinero, pues prefirió insistir en conocer y conversar con la subdirectora del Instituto, cosa que no sucedió.

Desde entonces, no se han dado a conocer otros casos que hayan escalado hasta completar la estafa. Sin embargo, el INBAL continúa con las campañas de alerta.

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