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Hace unos días, en Calakmul, en el estado de Campeche, ocurrió algo que quedará marcado en la historia de nuestra región y del país. Por primera vez, la jefa del Estado mexicano, el presidente de Guatemala y el primer ministro de Belice se reunieron para firmar un acuerdo que abre un horizonte de cooperación que combina diplomacia, medio ambiente y bienestar para millones de personas.

La presidenta Claudia Sheinbaum convocó a este encuentro trilateral, demostrando una visión que entiende que el bienestar no se limita a lo económico o lo social, sino que abarca también la preservación de nuestros ecosistemas.

Junto a Bernardo Arévalo de León y John Antonio Briceño, mandatarios de Guatemala y Belice, respectivamente, se suscribió la Declaración de Calakmul, para blindar más de 5.7 millones de hectáreas de la Gran Selva Maya.

Hablamos de uno de los pulmones más importantes de América, el segundo bosque tropical más extenso del continente. Protegerlo no es solamente un deber ambiental, sino también un acto de justicia con los pueblos originarios y afrodescendientes que han cuidado la selva durante muchas generaciones.

El acuerdo crea el Corredor Biocultural Gran Selva Maya, conformado por 11 áreas protegidas de Belice, 27 de Guatemala y 12 de México. Destacan reservas como Calakmul y Balam Kú en nuestro país, Mirador-Río Azul y Dos Lagunas en Guatemala, así como Río Bravo y Aguas Turbias en Belice.

Pero la declaración va más allá de la conservación: incluye medidas concretas de colaboración en manejo del fuego, combate a la tala ilegal y aprovechamiento sostenible de recursos maderables y no maderables, siempre en favor de las comunidades locales.

En ese mismo espíritu, la Presidenta anunció que México llevará la segunda fase del programa Sembrando Vida a regiones de Guatemala y Belice. Una decisión que fortalece la regeneración de suelos y la autosuficiencia alimentaria, al tiempo que eleva las condiciones de vida de miles de familias.

Además, a partir de 2026, cada 15 de agosto se celebrará el Día de la Gran Selva Maya y se entregará el Mérito a la Conservación de la Gran Selva Maya. Así, la frontera real ya no será una línea en el mapa, sino la selva misma, compartida y resguardada.

La visión de la Presidenta de convocar a esta primera reunión trinacional honra a nuestro país, pero además posiciona a México como líder en diplomacia ambiental. Se trata de un paso firme hacia un modelo de bienestar integral, en el que desarrollo, cultura y naturaleza caminan de la mano.

Lo que se firmó en Calakmul no es un acuerdo cualquiera, es un pacto con la vida. Y también es histórico, porque abre la puerta a un futuro en el cual la prosperidad compartida empieza por cuidar nuestra casa común, que es la Selva Maya.

 

ricardomonreala@yahoo.com.mx

X: @RicardoMonrealA

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