Redacción
Más de 400 deportistas canadienses han firmado una carta en la que han solicitado la exclusión de Israel de la Copa Davis a causa del conflicto en la Franja de Gaza. El documento ha denunciado un escenario de violencia y ha calificado de inaceptable que se permita la participación de la delegación israelí en el torneo. La exigencia se ha dirigido también al gobierno canadiense, con el fin de que intervenga para evitar enfrentamientos deportivos directos con representantes israelíes.
La petición ha contado con un respaldo amplio de atletas de distintas disciplinas que han decidido alzar la voz en un contexto de tensión internacional. Entre los firmantes se ha encontrado Mohammed Ahmed, corredor olímpico y medallista de plata en Tokio 2020, así como jugadoras de fútbol palestinas que residen en Canadá. Esta acción colectiva ha sido vista como un movimiento significativo dentro del deporte canadiense, al reunir a figuras con visibilidad nacional e internacional.
El objetivo principal de la carta ha sido la cancelación de la eliminatoria de la Copa Davis entre Canadá e Israel, programada para disputarse el 12 y 13 de septiembre en Halifax. Los firmantes han argumentado que permitir el partido implicaría dar legitimidad a las acciones israelíes en Gaza y Cisjordania. En su lugar, han pedido que se adopten medidas de presión a través de sanciones deportivas que reflejen el rechazo al conflicto.
La iniciativa ha sumado un tono político a un certamen tradicionalmente deportivo y ha generado un amplio debate público. Los impulsores han insistido en que los escenarios deportivos no deben ser neutrales ante violaciones a los derechos humanos. Asimismo, han resaltado la necesidad de utilizar el deporte como plataforma de denuncia internacional, más allá de la competencia.
Las reacciones no se han hecho esperar y la Federación Canadiense de Tenis ha defendido la realización del partido. La organización ha sostenido que la Copa Davis constituye un evento deportivo que no debe mezclarse con temas políticos. Esta postura ha marcado una clara diferencia respecto a la visión de los deportistas firmantes, lo que ha intensificado la discusión en torno al alcance del deporte en temas sociales.
Por otro lado, intelectuales y académicos canadienses también se han sumado a la iniciativa, entre ellos Naomi Klein y Avi Lewis. Voces de periodistas deportivos y entrenadores han respaldado la petición, reforzando la idea de que el llamado ha trascendido el ámbito competitivo. Este apoyo ha contribuido a dar mayor visibilidad y legitimidad a las demandas de los atletas.
El caso ha puesto en evidencia cómo el deporte se ha convertido en un escenario donde se han canalizado demandas políticas y sociales de gran impacto. La carta firmada por cientos de atletas ha abierto un debate sobre el papel de Canadá frente a conflictos internacionales. De cara a la eliminatoria, la tensión ha crecido y se ha mantenido la incertidumbre sobre la manera en que se resolverá esta controversia.