Ultimo Messaggio

Caso Vallarta, factible de demanda vs. Estado Gobierno otorga 139 mdp a pueblos indígenas de Querétaro

Si tomáramos decisiones sólo con números, el índice de natalidad probablemente estaría en números rojos. Tener hijos suena a una mala decisión para las mujeres, pero sólo para ellas.

Más allá de todas las implicaciones sobre el cuerpo, el tiempo y la dinámica en la vida de las mujeres, los números sobre las posibilidades de ingreso reflejan la disparidad en el impacto de la crianza.

Las últimas cifras de la Encuesta de Ingreso y Gasto de los Hogares del Inegi tienen una sección donde se desglosan los ingresos trimestrales de los hombres y las mujeres según el número de hijos.

Cuando ni los hombres ni las mujeres tienen hijos, la diferencia de ingresos es de poco menos de 6 mil pesos considerando un ingreso trimestral de unos 32 mil pesos para los hombres y 26 mil para las mujeres. Nada deseable, desde luego, pero hoy quiero poner el foco en los números cuando hay hijos.

Esa brecha salarial, que en sí misma es un problema, se dispara con el primer hijo o hija. Según las cifras del Inegi, la diferencia de ingresos es de 16 mil pesos. Los hombres ganan al trimestre poco menos de 44 mil pesos cuando tienen un hijo, mientras las mujeres ganan 28 mil.

Es decir, los hombres incrementan sus ingresos en 37 por ciento mientras las mujeres sólo 8 por ciento. Conforme se tienen más hijos, las mujeres reciben cada vez menos dinero.

Tengo claro que tomar una decisión sobre tener hijos no sólo tiene que ver con lo que ganamos (aunque es un factor que pesa mucho), es una decisión compleja, larga y con muchas aristas y también creo que la posibilidad de elegir debe ser personalísima. Y por eso mi queja es contra el sistema.

Para las mujeres que decidan ser mamás el camino sólo marca una dirección cuesta arriba. El derecho a decidir sobre nuestros cuerpos es indispensable y tenemos que seguir cuidándolo y trabajándolo. Pero al mismo tiempo, tenemos que admitir que no es suficiente.

Hay muchas posibilidades que se han construido, abierto y desbloqueado laboralmente en los últimos años para las mujeres. Pero si vemos, los espacios para incluir a los hombres en la crianza no se abrieron proporcionalmente.

Los permisos parentales son de menos de un mes, las facilidades de licencias y flexibilidad de horarios están enfocadas a las mujeres como si ellas fuesen las únicas que requieren de ello.

Ahora no sólo necesitamos integrar a las mujeres en el mercado laboral y hacer sus condiciones equivalentes. Igual paga por igual trabajo. Necesitamos también equilibrar el camino de la crianza y dedicar la misma fuerza de cambio para que los hombres se involucren y participen en ella.

No se trata solamente de que las mujeres puedan asumir roles masculinos, sino quitar la etiqueta de que participar en las labores de crianza y cuidados es un papel meramente de las mujeres.

Porque y aquí está la duda genuina: ¿por qué la crianza debe pasar factura solamente a las mujeres?

 

@Micmoya

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *