Luego de una serie de hechos criminales en Michoacán, Carlos Garfias Merlos, arzobispo de Morelia, señaló que “pareciera que se ha recrudecido la violencia, por el conflicto entre grupos delincuenciales y autoridades”.
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En conferencia de prensa realizada en la catedral del estado, detalló en los hechos como los ocurridos el pasado viernes por la noche contra el domicilio de Diana Caballero, alcaldesa de Queréndaro, por lo que insistió en que el compromiso de la iglesia católica es colaborar y aportar lo que esté a su alcance para lograr la pacificación, mediante la oferta de alternativas de diálogo y acercamiento, así como la atención de las víctimas de la violencia y la inseguridad.
No obstante, Garfias Merlos, arzobispo de Michoacán acotó que la seguridad pública es responsabilidad de las autoridades civiles, con la colaboración del clero, con el desafío de mantener el diálogo entre gobierno, iglesias y sociedad, pues “mucho han insistido en la aplicación de la justicia, y es su labor organizar a los sectores sociales para ello”.
Por su parte, el arzobispo de Acapulco, Leopoldo González González, dijo que las noticias diarias sobre asesinatos, desapariciones, extorsiones y cobros de piso parecen un parte de guerra, por lo que reiteró su llamado urgente a no acostumbrarse a la violencia y a emprender, desde cada persona, la construcción de la paz y el restablecimiento del orden y la justicia.
“La situación sigue siendo un urgente llamado a construir la paz y la seguridad. El estado de derecho y el restablecimiento del orden de justicia, la restauración del daño en la medida de lo posible, han de ser garantizados por quienes tienen desde la autoridad la responsabilidad del cuidado de la sociedad”, expresó durante su mensaje dominical.
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Insistió en que la pacificación del país no es posible sólo con más presencia de cuerpos de seguridad, porque es imposible tener un gendarme para cada uno. “Es imposible que la Guardia (Nacional) esté en todas partes”, expresó.
