Existen jugadores de baloncesto que parecen eterno. Varias generaciones han disfrutado con sus actuaciones sobre la cancha, y, pese a tener unas condiciones innatas, el tiempo es infranqueable. Llegado el momento será hora de colgar las botas, pero mientras ese punto de la carrera llega, deberemos seguir disfrutando de sus acciones sobre la cancha. Este es el caso de Lebron James, el máximo anotador de la historia de la mejor liga del planeta, que quiere seguir siendo protagonista. Esa es la premisa con la que parten los Lakers en las apuestas NBA, y es que muchas de las opciones que tienen los californianos de hacer algo grande, recaen sobre las manos de “King” James.
Más de dos décadas en la élite, sin disminuir un ápice sus prestaciones, no está al alcance de casi ninguno de los mortales. Con lo que es bueno repasar algunos de los hitos que el alero ha conseguido hasta el momento.
Debutó en 2003 con los Cleveland Cavaliers como una promesa que cargaba consigo el peso de ser considerado “El Elegido”. En un deporte donde las expectativas pueden devorar carreras enteras, LeBron no solo cumplió con lo esperado, sino que superó con creces cualquier predicción. Pronto se convirtió en el rostro de la franquicia, liderando al equipo hacia nuevas metas y plantando la semilla de una historia de redención que terminaría siendo legendaria.
El paso de James por Miami Heat fue un punto de inflexión en su carrera. Al unirse a un equipo cargado de talento, logró desarrollar una versión aún más dominante de sí mismo. En ese contexto, alcanzó su madurez competitiva, no solo ganando campeonatos sino demostrando su capacidad para ser decisivo en los momentos más cruciales. Fue allí donde consolidó una mentalidad ganadora, que luego exportaría a cada nuevo reto que enfrentó.
Cuando regresó a Cleveland, su objetivo ya no era personal, sino colectivo: llevar el trofeo a su ciudad natal. La gesta de 2016 es una de las más recordadas en la historia del deporte profesional. Liderar una remontada en unas Finales ante el equipo con mejor récord de temporada regular hasta ese momento, y hacerlo con actuaciones memorables, es una página que define su grandeza. Aquella victoria no fue simplemente un título; fue la culminación de un sueño compartido con toda una comunidad.
Con su llegada a Los Angeles Lakers, LeBron no buscó solamente continuar su legado deportivo, sino también expandir su impacto cultural. Ganar el campeonato con los Lakers en 2020, en una temporada alterada por razones conocidas y disputada en condiciones inéditas, fue otra muestra de su resiliencia y adaptabilidad. A pesar del contexto difícil, volvió a levantar un equipo y a guiarlo al éxito, reafirmando su lugar entre los más grandes.
Uno de los momentos más significativos en su carrera llegó cuando superó la marca de máximo anotador de todos los tiempos en la NBA. No se trata solo de acumular puntos, sino de mantenerse relevante, productivo y dominante durante dos décadas. Esa longevidad competitiva, junto con su influencia en el juego moderno, redefine lo que significa ser una superestrella.
El legado de Lebron James sigue más vivo que nunca. Pese a su edad, aun sigue demostrando ser uno de los mejores jugadores de baloncesto del planeta. Esperamos verlo al menos dos temporadas más sobre la cancha ofreciendo estas prestaciones.