Hernán Bermúdez Requena sigue lejos de la justicia.
Se ha actuado a medias contra él, pero él seguiría bajo el resguardo de la 4T de no haber mediado una investigación iniciada por Estados Unidos.
Desde allá se daba seguimiento al incremento de la violencia en Tabasco, a las actividades de La Barredora y a su jefe el secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana.
La información se recibió en Washington durante una de las visitas del gabinete de seguridad y hasta se habló de una carpeta con abundancia de datos.
Al departamento de Estado de Marco Rubio y sus agencias les preocupaban el huachicol, el paso de droga -el fentanilo es el epitelio de Donald Trump– y el tráfico de migrantes.
La mala influencia de ese grupo echó raíces en la tierra de Andrés Manuel López Obrador, pero desde hace tiempo tiene contaminado a Chiapas y extiende peligrosamente su influencia a más partes del sureste.
El siguiente paso sería declararlo también “organización terrorista extranjera” al estilo de los seis cárteles enumerados en la lista del Departamento de Estado el 20 de febrero.
RIESGO DE AMPAROS
La información se trajo al más alto nivel.
La misión mexicana estuvo encabezada por el secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana federal, Omar García Harfuch, y luego la versión se analizó en Palacio Nacional.
México quedaría mal si no se actuaba, se aprovecharía para involucrar al expresidente, algo muy grave, y se usaría como prueba de la relación de la clase gobernante con el crimen organizado.
Sería elemento para sustentar los señalamientos de Donald Trump y Marco Rubio.
El operativo empezó a caminar de manera silenciosa, sin estridencias como las declaraciones del gobernador Javier May, cuyo encono con Adán Augusto López es público.
Se delegó en el general Miguel Ángel López Martínez, comandante de la 30 Zona Militar, la misión de dar a conocer la orden de aprehensión librada desde febrero en contra de Hernán Bermúdez Requena.
La orden está vigente, las autoridades hacendarias han bloqueado las cuentas del prófugo y en teoría se le busca con ficha roja por el mundo, pero de nada servirá si Estados Unidos no ve decisión y frutos.
A la falta de voluntad manifiesta para actuar sin contemplaciones debe agregarse el alud de amparos para protegerlo y mantenerle sus riquezas, sus contactos y sus negocios.
A GANARLE A TRUMP
1.- El lado positivo está a la vista.
Si continúa el flujo de datos confidenciales, el gobierno de Claudia Sheinbaum puede adelantarse y proceder antes de alguna intervención estadounidense.
Porque su efectividad es manifiesta: arregla el traslado de capos fama Ismael Zambada o Joaquín Guzmán López, la entrega multitudinaria de familiares de Ovidio Guzmán López y la oferta de convertir a criminales conocidos en testigos protegidos.
Las autoridades mexicanas ya saben quiénes interesan al gobierno de Donald Trump para exhibirlos allá como trofeos, pero también cómo mostrar la docilidad de los países presionados.
Es su estilo y hasta hoy le da resultado.
Y 2.- Es válido dar seguimiento a la afluencia turística de un Acapulco golpeado por la naturaleza con ciclones, tormentas tropicales y lluvias torrenciales.
Al inicio promisorio de las vacaciones de verano se suma la ocupación hotelera de fin de semana: 83 por ciento en el puerto y 90.3 en Ixtapa-Zihuatanejo, según reporte del gobierno de Evelyn Salgado.
@urenajose1