¡Por el amor de Dios!, ¡que alguien pare esta masacre, por favor!
Los ciudadanos y los periodistas se están ensañando despiadadamente con la indefensa clase política mexicana. A diario, desde cualquier punto del país (Campeche, Guerrero, Sonora, Tamaulipas… el etcétera es interminable), surgen voces perversas que atacan y ofenden a nuestra nueva monarquía, cuyo único pecado es despertarse todas las mañanas a hacer lo mejor que saben hacer: Trabajar honradamente por el engrandecimiento de nuestro país.
Y estos feroces ataques, al alcance de todos gracias a las redes sociales y a los medios de comunicación, tienen un único (y oscuro) objetivo: Ensuciar el buen nombre de nuestros senadores, diputados, gobernadores, ministros…
Cuanta razón tiene nuestra alteza serenísima, el senador José Gerardo Rodolfo Fernández Noroña de la Santísima Encarnación, quien desde su trono de archiduque vocifera que el trabajo de los políticos es inhumano. Y sí. ¡Pobrecitos! ¡Ya déjenlos en paz!
¿O qué? ¿Apoco creen que el abogado Carlos Velázquez se iba a salir con la suya después de haber increpado públicamente en una sala de espera VIP del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) a su majestad José Gerardo Rodolfo I? ¡No señor, de ninguna manera! Sí o sí tenían que llevarlo ante la Santa Inquisición chaira para que se humillara y se disculpara por su imperdonable afrenta.
Y lo mismo aplicó para la ama de casa sonorense Karla María Estrella Murrieta, quien obtuvo su justo merecido tras haberse metido con una poderosa e influyente diputada federal. De no haber sido por la heroica Mónica Soto Fregoso, magistrada presidenta del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), quien le impuso una sanción ejemplar “por haber incurrido en violencia política contra las mujeres en cuestión de género”: Disculparse por 30 días consecutivos en el mismo medio donde se generó la ofensa. Esto es, la red social conocida como “X” (antes Twitter). En pocas palabras, la versión millenial de “La Letra Escarlata” de Nathaniel Hawthorne.
Y ni qué decir de los entrometidos Jorge González Valdéz, exdirector del diario “Tribuna Campeche” y Jesús Gabriel Castañeda Arellano, director de la página de Facebook “Acapulco Trends”, ambos denunciados ante las autoridades por su trabajo periodístico contra una gobernadora y una alcaldesa, respectivamente ambas de inmaculada reputación, por cierto. Merecidamente, a este par de dos les hicieron manita de puerco para que se disculparan públicamente, además de que se les aplicaron sanciones adicionales. Lero-lero, candilero.
Y si de buen trabajo coordinado hablamos, no podemos dejar de aplaudir la gran labor que están realizando el Instituto Nacional Electoral (INE) junto a los institutos electorales de Tamaulipas, de la Ciudad de México y del Estado de México contra el columnista de El Universal, Héctor de Mauleón, a quien ya hasta le mandaron un dron a su domicilio particular para hacerle marcaje personal. Para que deje de andar investigando a los huachicoleros de aquella entidad. ¡Faltaba más!
Así las cosas, yo que ustedes mejor ponía mis barbas a remojar antes de escribir y opinar sobre algunos temas que pudieran resultarles espinosos o incómodos a nuestros impolutos políticos. Es más… mejor no piensen, no se muevan, no hablen y, si pueden, tampoco respiren porque, un mundo nos vigila.
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