La comunidad universitaria de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), e incluso otras de la máxima casa de estudios, se encuentra de luto tras el fallecimiento de Don Manuel, el entrañable creador de las famosas “tortas de Derecho”, un manjar gastronómico que acompañó a generaciones de alumnos.
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Por más de dos décadas, su carrito instalado en la entrada de la facultad, en la calle Cerro de las Campanas, en la capital del estado, fue punto de reunión obligada para quienes buscaban una torta de milanesa o la emblemática cubana, acompañada —como dictaba la tradición— de un refresco Boing.
Con un sistema sencillo, pero eficiente: los comensales pedían su “papelito” donde anotaban el tipo de torta y bebida, recibían un folio y esperaban su turno Don Manuel, más que un vendedor, fue testigo del paso de miles de alumnos y docentes por la facultad, convirtiéndose en una figura querida y respetada.
Foto: Especial
Las tortas de Derecho son una leyenda
En redes y publicaciones locales se le recuerda como “una leyenda”, cuyo sazón trascendió fronteras universitarias para integrarse al imaginario gastronómico de Querétaro.
Su partida deja un vacío considerable para quienes esperaban su parada diaria.
Los estudiantes evocan charlas en el patio mientras disfrutaban una torta; su puesto fue escenario de anécdotas, largas sobremesas y momentos memorables en horarios de comida.
Aunque el carrito ya no se encuentre en Cerro de las Campanas, el legado de Don Manuel perdurará en los recuerdos de quienes definieron las “tortas de Derecho” como un sabor entrañable y distintivo de la vida estudiantil en la UAQ.
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En su memoria, colegas y alumnos buscan preservar esta tradición culinaria para futuras generaciones.
