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Sari Pérez recupera espacio vandalizado para convertirlo en Centro Comunitario Concluye diálogo con pueblos originarios: Congreso de Nuevo León integrará sus voces a futura reforma

REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN

La basura ya no cabe en las calles ni en los pulmones de quienes habitan Nezahualcóyotl. Día a día, los montones de residuos crecen entre banquetas, mercados y escuelas, mientras las autoridades municipales permanecen en silencio o, peor aún, se esconden detrás de discursos vacíos. Lo que antes fue una promesa de modernización, hoy es un desastre ambiental a plena luz del día.

El relleno sanitario del Bordo de Xochiaca, colapsado por la saturación, es solo el rostro más evidente de un sistema de gestión de residuos que ha dejado de funcionar.

En lugar de soluciones, los vecinos han recibido humo tóxico, roedores y enfermedades. “Aquí vivimos entre el olor podrido y las mentiras del gobierno. No han hecho nada. Solo dan vueltas en camionetas nuevas mientras nuestras casas se llenan de basura”, reclama Rosario Luna, vecina de la colonia Metropolitana.

Las escenas se repiten en distintas colonias: bolsas reventadas, calles inundadas de desechos tras cada lluvia y camiones recolectores que simplemente no pasan. La situación se tornó crítica cuando un incendio consumió una parte del Bordo, dejando a su paso una densa nube de gases que asfixió a miles de familias. “Tuvimos que cerrar la tienda. No se podía ni abrir los ojos. Pero nadie del gobierno vino a decir nada”, cuenta el comerciante Jorge Gutiérrez.

La indignación ciudadana crece al mismo ritmo que los basureros improvisados. Habitantes acusan directamente al alcalde Adolfo Cerqueda Rebollo de priorizar su imagen personal por encima de las necesidades urgentes del municipio. “¿De qué nos sirven sus eventos de música si no puede ni garantizar que los camiones de basura funcionen?”, cuestiona María de los Ángeles, madre de tres menores.

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