En Sinaloa, con una economía infiltrada por el crimen organizado, la guerra entre Mayitos y Chapitos ha llevado al estado a una profunda crisis, con una pérdida de 15 mil empleos y una caída de 3.9 por ciento del PIB, pero “lo peor está por venir”.
Así lo advirtió Cristina Ibarra Armenta, presidenta de la Federación de Colegios de Economistas de la República Mexicana, quien refirió que, particularmente Culiacán, zona donde se concentra el conflicto entre las dos facciones del cártel de Sinaloa, representa 40 por ciento de la actividad económica estatal.
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En entrevista con este medio, la especialista comentó que a diez meses de vivir en medio de una ola de violencia, además de los 15 mil empleos perdidos, han cerrado más de mil empresas, pues “el narcotráfico ha venido a meterse en la economía de Sinaloa en todos los aspectos”.
Apuntó que “se ha convertido en un narcoestado y desafortunadamente (el crimen organizado) se ha vuelto generador de empleo, con una especulación en temas inmobiliarios bastante elevada”.
Lazos del crimen organizado
El dinero en efectivo, que proviene del crimen organizado, se reinvierte de varias formas para alimentar y distorsionar la economía local, con negocios fachada, como restaurantes, farmacias, heladerías, entre otros, lo cual genera precios inflados en bienes raíces, zonas comerciales controladas y difícil acceso a inversión lícita, según datos de Insight Crime México, fundación dedicada al estudio de amenazas para la seguridad nacional.
Parte de la gigantesca ganancia del narcotráfico (estimada entre 30 y 60 mil millones de dólares anuales) se inyecta en la compra de autos, casas, restaurantes, hoteles, con lo cual crean empleos, incluso en niveles populares, y genera un efecto de derrame económico local, de acuerdo con datos de Mexico News Daily.
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La también investigadora de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Autónoma de Sinaloa precisó que “la entidad está perdiendo a su juventud, pues ante la falta de fuentes de trabajo, la opción a la que tienen acceso es unirse a las filas del crimen organizado”.
Respecto a Culiacán, dijo que hasta la fecha hay siete mil empleadores menos y, actualmente, 41 mil personas más que el año pasado ganan menos de un salario mínimo, lo que significa que hay más gente que gana menos de un salario mínimo, y también hay 71 mil personas menos que tienen entre dos y tres salarios mínimos, según el Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal (ITAEE) del Inegi.
MERMA ECONÓMICA
Al cierre de 2024, Sinaloa decreció económicamente 3.9 por ciento, es decir, 27 mil millones de pesos y acumulamos medio año de otra pérdida de 15 mil millones de pesos, porque las empresas no pudieron sostenerse, detalló Ibarra Armenta.
“En Culiacán se ha reportado que en hoteles grandes y de los más famosos, han pasado meses en los que han tenido uno o dos clientes. Es una situación muy complicada para salir adelante, porque tienen que hacer frente a pagos de seguro social, nómina, la electricidad”, comentó.
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Además, “cuando hay personas desaparecidas, son pérdidas no sólo para quienes fallecieron, sino que la familia entera sufre una pérdida de productividad, pues muchos dejan de trabajar. Si se restablece la paz, nos tomará aproximadamente 20 años recuperarnos”, precisó la investigadora.
“La gente está viendo Culiacán, porque suena en las noticias, pero no ven lo que ocurre en las comunidades pequeñas, que son expulsoras de población que migra hacia los Estados Unidos, principalmente”, dijo.
“En el caso de la ciudad, hay población que migra hacia otros estados con mejores oportunidades de empleo, Sinaloa tiene el salario más bajo registrado ante el seguro social ya por más de 10 años”, puntualizó.