La decoloración ilegal de loros se detectó por primera vez en Yucatán, luego de que la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (Profepa) entregara dos ejemplares al Proyecto Santa María que mostraban signos claros de manipulación con químicos.
Esta práctica consiste en alterar artificialmente el color de las plumas de especies comunes, como el perico pecho sucio, para venderlas como si fueran loros cabeza amarilla, una especie en peligro de extinción.
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Decoloración ilegal de loros daña salud de aves
De acuerdo con José Pierre Medina, representante legal del proyecto, las aves rescatadas fueron expuestas a sustancias como el peróxido, el cual puede provocar quemaduras o incluso ceguera.
Uno de los ejemplares, llamado Limón, presentaba altos niveles de ansiedad, autolesiones y temor al contacto humano, además de daños físicos. La otra ave, conocida como Gomita, tenía una fractura en la pata, no tratada oportunamente.
“En algunos casos, los loros llegan ciegos o con secuelas que afectan su comportamiento y salud general”, afirmó Medina.
Tráfico de aves silvestres: un mercado alimentado por la demanda
Proyecto Santa María
La decoloración ilegal de loros responde a la alta demanda de especies como el loro cabeza amarilla (Amazona oratrix), listado en la NOM-059 de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) como especie en peligro. Esta técnica fraudulenta implica teñir a otros loros, como el Amazonas analista limón o el perico pecho sucio, para engañar a compradores y aumentar su valor en el mercado negro.
“Lo que hacen los traficantes es decolorar otras especies para venderlas como si fueran cabezas amarillas”, explicó.
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Llamado a no comprar aves silvestres
Ante esta situación, el Proyecto Santa María reiteró su mensaje a la ciudadanía: no adquirir aves silvestres bajo ninguna circunstancia. Más allá de identificar si un loro está modificado, el enfoque debe ser evitar por completo su compra.
“No podemos darle consejos a la gente sobre cómo reconocer un loro modificado; el mensaje es simple: no los compren”, sentenció.
Las aves rescatadas están en proceso de rehabilitación física y emocional. Se espera que, con el tiempo y la renovación natural de sus plumas, puedan recuperar su color original y calidad de vida.