Por Eduardo López Betancourt
El proyecto de gasto del Presidente Donald Trump ha causado gran consternación. Se critica los excesos, más aún, los caprichos de quien ha actuado de manera insensata. Su postura ha sido de conflicto, de amenazas y de odio. Tal vez lo único que puede tener digno son sus diversas manifestaciones y algunas acciones para acabar con las guerras, particularmente la de Rusia vs. Ucrania y la de Israel con el grupo Hamás.
Volviendo al plan fiscal y de gasto, resalta el Fondo de 170 mil MDD para el control migratorio y fronterizo.
Trump asegura que su proyecto fiscal logrará tener una frontera más segura y el ejército más poderoso.
Retomando el tema migratorio, el plan fiscal incrementa tres veces el presupuesto de la Oficina de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) la cual recibirá 29 mil MDD para ampliar sus labores de detención y de portación; de igual manera de un poco más de 9000 agentes migratorios se alcanzará la cifra de 20,000.
Otros egresos impactantes se refieren a la construcción de centros de detención de inmigrantes para el cual se destinarán 45 mil MDD; también no podía quedar atrás la obsesión de Trump de seguir creando el muro fronterizo con México y tal proyecto se incrementó 3 veces, ahora proporcionando 45 mil MDD para ese “malévolo” muro.
Las locuras fiscales de Trump han originado severos vacíos, tal ha sido el recorte de un billón de dólares por seguros médicos; también reduce las concesiones por impulsar proyectos de energía limpia. Como consecuencia de todo este desastre financiero se aumenta el límite de deuda en 5 billones de dólares.
Por supuesto, las críticas contra estas decisiones, por demás perversas, fue motivo de divisiones en el congreso norteamericano, donde apenas por 4 votos de diferencia se aprobó. En verdad fehacientemente se comprueba el rencor convertido en odio de Trump contra los inmigrantes, particularmente con los de nuestro País.
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