POR MARIO LÓPEZ
GRUPO CANTÓN
En medio del crecimiento urbano descontrolado y una crisis de servicios públicos, el alcalde de Calimaya, Omar Sánchez Velázquez, ha sido exhibido por presuntas prácticas de nepotismo, corrupción y una oleada de despidos masivos, mientras su círculo cercano goza de altos sueldos y privilegios.
Tras cesar a decenas de trabajadores de confianza sin motivo público, ni proceso legal transparente, Sánchez Velázquez informó que será hasta enero de 2026 cuando pague las liquidaciones, lo que ha generado indignación y protestas.
Esta medida ha sido calificada como represiva, al afectar principalmente a quienes no comulgan con su línea política.
A esto se suma que el edil percibe un salario superior al de la gobernadora Delfina Gómez, y que en su administración abundan los casos de influyentismo.
Blanca Jiménez, habitante de Calimaya que ha documentado el actuar del edil, reveló que su suplente, Jorge Darío Casas Castillo, cobra 80 mil pesos mensuales, sin desempeñar funciones visibles. Casas Castillo es compadre del representante local del PT y, según fuentes del Ayuntamiento, cuenta con escoltas, camionetas blindadas y otros privilegios.
El caso ha puesto en alerta a los ciudadanos, líderes sociales y políticos opositores de la comunidad, no solo por el uso discrecional de recursos, sino porque el alcalde prometió gobernar con austeridad, discurso que ha quedado en papel mojado. Mientras tanto, fraccionamientos enteros carecen de agua potable, las calles están colapsadas y los servicios públicos, abandonados.
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