La atracción que provocan criaturas milenarias como los dinosaurios no es casual ni meramente infantil, asegura Federico Kukso, sobre el porqué nos obsesionan estos animales en extinción, pero que están vigentes gracias a Jurassic Park y Jurassic World.
“La fascinación de los dinosaurios es antigua por lo que conocemos como el ‘monstruo’ —ya sea dragones, tiburones, King Kong. Es la condensación de lo desconocido, de lo asombroso, de lo fantástico. El dinosaurio, como figura cultural, encarna esas imágenes”, explicó el periodista y divulgador científico, al hablar sobre la dimensión que han tenido estos colosos extintos en nuestra imaginación.
En ese sentido, las seis películas de la saga –mismas que Universal+ transmitirá este mes y del estreno hoy de Renacer– no sólo son entretenimiento, sino también son una parábola sobre los límites del conocimiento, el avance tecnológico y, sobre todo, la ambición desmedida.
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“Al verlas me pregunto: ¿quién es el verdadero monstruo? ¿Los dinosaurios o el ser humano? La saga plantea un tema de fondo, la avaricia corporativa, el ser humano que irrumpe en el hábitat natural y busca destruir la naturaleza. Esa es la gran pregunta que atraviesa todas las películas”, comenta el experto del fenómeno de Jurassic World.
Kukso apunta además a un ángulo poco explorado en las críticas tradicionales a la saga: el rol del poder económico y tecnológico.
“Siempre se culpa al científico, que si debe o no jugar a ser Dios, pero no se ha criticado de la misma manera el rol de los billonarios como Elon Musk o Jeff Bezos, que creen que pueden hacer cualquier cosa con el medio ambiente y con la Tierra. ¿Hasta qué punto se puede irrumpir en la naturaleza sin consecuencias? La película trata de responder eso”, afirma.
A más de 30 años del estreno de la primera cinta, Kukso destaca que hay un “antes y después” en la historia de la paleontología. “En la ciencia se conoce como el Efecto Jurassic Park. Antes de 1993 se conocían alrededor de 300 especies de dinosaurios. Hoy se conocen más de 3 mil. Es indiscutible que produjo mayor interés de la gente, mayor financiamiento para las instituciones científicas y más publicaciones.
“México vive un boom en la paleontología. Cada vez se descubren más especies de dinosaurios en nuestro país”, finalizó Federico Kukso.
Así pues, se trata de un fenómeno cultural con impacto en la ciencia, la filosofía y nuestra relación con el planeta. En tiempos en los que el futuro ambiental se vuelve incierto, quizá los rugidos del pasado aún tengan algo que decirnos.