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La acelerada expansión urbana y el crecimiento de la infraestructura turística en Quintana Roo han provocado una alarmante fragmentación del hábitat de especies silvestres como el mono araña (Ateles geoffroyi), considerado en peligro de extinción por la NOM-059-Semarnat-2010, lo cual pone en riesgo su supervivencia, aseguró Óscar H. Monzón, jefe de conservación e investigación de la Fundación Santuario Akumal.

El experto advirtió que esta situación representa una amenaza directa a la viabilidad de los primates en el sureste mexicano.

“Los monos son nómadas por naturaleza, recorren amplias extensiones selváticas de hasta cinco kilómetros y vuelven alrededor de cinco meses después a puntos específicos de su territorio. Sin embargo, cuando regresan, muchas veces se encuentran con carreteras o complejos habitacionales donde antes había selva”, explicó.

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La pérdida del hábitat, el tráfico ilegal y la urbanización descontrolada han derivado en atropellamientos, electrocuciones por cableado eléctrico y desplazamientos forzados de grupos enteros.

El biólogo detalló que muchos ejemplares llegan al santuario con lesiones graves, algunos incluso con los dientes limados, señal de que fueron víctimas del tráfico ilegal.

CAMPAÑA VIGENTE

Desde mayo de 2025, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) puso en marcha en Quintana Roo el Protocolo de Atención a Primates No Humanos, que establece acciones para atender emergencias relacionadas con calor extremo, incendios forestales y accidentes en carreteras, ante el creciente número de casos.

Monzón señaló que la Fundación Santuario Akumal trabaja con varias especies de primates: su población más grande corresponde a monos araña, seguidos por monos aulladores. También recibieron monos ardilla, capuchinos, titís y marmosetas, muchos de ellos vendidos ilegalmente como mascotas. Recalcó que traficar primates es un delito con penas de hasta ocho años de prisión.

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La Fundación, ubicada en una reserva de 16 hectáreas, se dedica al rescate, rehabilitación y reintegración de fauna silvestre afectada por la pérdida de su hábitat o por maltrato. 

Lisset Nava, directora de la organización, informó que han rescatado 250 ejemplares de más de 40 especies, entre ellas serpientes y coatíes.

 

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