Redacción
Durante la cumbre de la OTAN en La Haya, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, emitió declaraciones críticas contra España por no alinearse con el objetivo de destinar el 5% del PIB nacional al gasto en Defensa. Mientras el resto de los aliados reafirmó su compromiso con esa meta, España mantuvo una postura distinta basada en su propia estrategia presupuestaria.
Trump calificó la actitud del gobierno español como un intento de beneficiarse de la inversión de otros países miembros. Al abordar el tema económico, advirtió que el desequilibrio en el reparto de responsabilidades dentro de la alianza tendría consecuencias en el ámbito comercial.
El mandatario estadounidense aseguró que la economía española atraviesa una buena etapa, aunque advirtió que una eventual falta de inversión militar podría volverse en su contra. A su juicio, el comercio se convertiría en la vía por la que se compensaría esa supuesta omisión.
Estas declaraciones generaron inquietud dentro del bloque atlántico, donde aún se debaten los mecanismos para garantizar un reparto equitativo del gasto. España, por su parte, reiteró su intención de alcanzar los objetivos establecidos, aunque con un enfoque distinto al propuesto por Washington.
En medio de este clima tenso, el papel de Estados Unidos vuelve a centrarse en exigir un mayor compromiso económico a los aliados, mientras países como España intentan mantener su autonomía presupuestaria sin romper con los compromisos estratégicos de la OTAN.
