Al menos 16 exfuncionarios de la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM), cesados en los últimos meses, han denunciado la existencia de una red de control interno presuntamente encabezada por el general Ernesto Alejandro Vadillo Trueba, actual director de Supervisión de Aduanas Fronterizas.
Los testimonios señalan que los despidos obedecieron a la negativa de estos trabajadores a participar en prácticas irregulares. De acuerdo con sus versiones, Vadillo habría consolidado una estructura paralela de poder al interior de las aduanas, desplazando perfiles técnicos para favorecer nombramientos de confianza, lealtades políticas y operadores cercanos.
“Lo que está ocurriendo no es una reestructuración institucional, es una captura progresiva del sistema aduanero”, señaló uno de los exempleados, bajo condición de anonimato. Los denunciantes aseguran que la red incluye plazas vendidas, permisividad en el tráfico de mercancías irregulares y tolerancia al ingreso ilegal.
El general Vadillo, quien ocupó puestos clave desde la administración anterior, se le señala como parte de una estructura de “vieja guardia” junto a René Díaz Ramos, alias “el fayuquero”, y el coronel Benito Cegueda, actual responsable de la aduana en Ciudad Juárez.
Los exempleados advierten que la falta de reacción oficial por parte del titular de la ANAM, Rafael Marín Mollinedo, ha permitido que estas prácticas se normalicen.
“Estamos viendo cómo se desmantela la parte técnica de las aduanas. La profesionalización ha sido sustituida por redes de influencia”, aseguró otro denunciante.
Más allá de los despidos, los exempleados aseguran que lo que está en juego es el modelo de gestión aduanera: si prevalece la visión técnica y legalista, o si se consolida una lógica política de ocupación institucional. En palabras de uno de ellos: “No es solo quién cobra los impuestos, sino quién controla las puertas de entrada del país”.