La secretaria de Agricultura de Estados Unidos, Brooke Rollins, anunció un paquete de medidas para combatir la plaga del gusano barrenador que incluye buenas y malas noticias para el sector ganadero.
Las buenas es por un lado que Rollins se compromete a una mayor coordinación con el gobierno mexicano, y el titular de Sader, Julio Berdegué para combatir el gusano barrenador y supervisar el ganado mexicano; así como a invertir 21 millones de dólares para renovar la planta de moscas estériles en Metapa, Chiapas, con una producción de 60 a 100 millones de moscas a la semana, adicionales a las 100 millones que se producen en la planta de Panamá.
Además iniciará la construcción de una nueva planta en Texas para dispersar moscas estériles en la frontera norte y se compromete a continuar con investigaciones científicas para un control más eficiente de la plaga.
La mala o más bien pésima noticia es que Estados Unidos no reanudará la importación de ganado mexicano en pie, que suspendió desde el pasado 11 de mayo y que ha generado, de acuerdo con Juan Carlos Anaya, director del GCMA, pérdidas a los ganaderos mexicanos por más de 300 millones de dólares porque se han caído en más de 65% las exportaciones y un incremento en los precios de la carne en Estados Unidos.
Evidentemente los ganadores del norte de la República que son los más afectados demandan la apertura de las exportaciones de los estados fronterizos que hoy están exentos de la plaga de gusano barrenador porque los casos que sí se han detectado son en el sur por el cruce ilegal de ganado contaminado.
Lo que demandan los ganaderos al gobierno mexicano es que se aplique el T-MEC que permite la regionalización en comercio agropecuario. De hecho México hoy permite la importación de pollo procedente de Estados Unidos de las regiones o Estados que están libres de fiebre aviar.
México podría exigir que se aplique esta cláusula y que Estados Unidos autorice la importación del ganado de estados del Norte libres de gusano barrenador o aplicar medidas de represalia y frenar la importación de pollo por la fiebre aviar.
Acuerdo Bilateral, mientras se renegocia el T-MEC
El problema es que la presidenta Claudia Sheinbaum no quiere aplicar medidas de represalia contra Estados Unidos a pesar de que los aranceles violan abiertamente el T-MEC y no lo hará tampoco en el caso del gusano barrenador por lo que seguirá el camino de la negociación.
Lo que sorprendió es que Sheinbaum abrió la puerta para un acuerdo bilateral porque lo que quiere Trump son acuerdos bilaterales con todos los países a los que impuso aranceles como fue en el caso del Reino Unido.
Sheinbaum habló de un acuerdo que abarque no sólo los temas comerciales sino también inseguridad, migración, y desde luego tráfico de fentanilo y de huachicol.
De hecho, Marcelo Ebrard, el Secretario de Economía volvió a viajar a Washington para reunirse con el Secretario de Comercio, Howard Lutnick. Ebrard quien había dicho que en octubre iniciaría la revisión del T-MEC aseguró que sí buscará un acuerdo con Lutnick que permita un trato preferencial para México aunque no deberíamos estar sujetos a ningún arancel porque el T-MEC es un Tratado de Libre Comercio.
En octubre, dijo, iniciará la evaluación en México y Estados Unidos para la renegociación del T-MEC que se realizará entre enero y el 1o de julio de 2026 que es la fecha contemplada en el propio Tratado para su revisión.
Mayores presiones a las finanzas por alza del crudo
La prolongación de la guerra entre Irak e Irán y la posibilidad de que Estados Unidos se incorpore en cualquier momento a esta guerra mantiene el nerviosismo en los mercados bursátiles en todo el mundo.
Se reflejará también en el mercado cambiario con el regreso de la cotización del dólar arriba de los 19 pesos.
En el caso de México hay un impacto positivo del alza en los precios del crudo por los mayores ingresos por nuestras exportaciones petroleras. Sin embargo, hay que recordar que nuestras exportaciones van a la baja y que la tan ansiada autosuficiencia energética está lejos de alcanzarse y más del 60% de la gasolina que consumimos es importada.
Habrá por lo tanto un impacto negativo en las finanzas públicas, porque la Presidenta Sheinbaum no quiere que los precios de la gasolina suban de 24 pesos el litro que es un precio tope fijado fuera de las condiciones del mercado, lo que implicará incrementar el subsidio al consumidor a través del IEPS lo que podría afectar la meta de reducir el déficit público a 3.59% del PIB este año.
Desde luego aún es muy pronto para determinar el efecto en las finanzas públicas porque dependerá de la duración de este conflicto, de que no se extienda la guerra a otros países productores de petróleo lo que incrementaría aún más los precios del crudo y generaría mayores presiones inflacionarias y en el caso de México, a subsidios en los precios de la gasolina.
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