La tensión en Los Ángeles alcanzó un nuevo pico cuando la reportera australiana Lauren Tomasi, fue alcanzada por un proyectil no letal mientras cubría las protestas contra las políticas migratorias del presidente Donald Trump.
Un video captó el momento en que un oficial, situado detrás de ella, disparó su arma apenas segundos después de que Tomasi concluyera una transmisión en vivo. El proyectil impactó en su pierna, lo que provocó que gritara y se alejara apresuradamente del lugar junto a su camarógrafo.
“Acabas de dispararle al reportero”, gritó un testigo fuera de cámara. Pese al incidente, Tomasi aseguró estar bien. La escena se volvió viral y suscitó críticas sobre el uso excesivo de la fuerza contra manifestantes y la prensa durante las coberturas.
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Las protestas, originalmente convocadas contra las deportaciones masivas ordenadas por Trump, se intensificaron el fin de semana.
Lo que empezó como una marcha pacífica se convirtió en un caos con vehículos policiales incendiados, enfrentamientos directos con agentes antidisturbios y bloqueos en la autopista 101. En una acción sin precedentes desde 1967, el jefe de la Casa Blanca ordenó el despliegue de dos mil soldados de la Guardia Nacional en Los Ángeles sin autorización del gobernador Gavin Newsom, lo que fue calificado como una “provocación deliberada”.
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Pese al clima de militarización, las protestas no cesaron. La ciudad se transformó en epicentro de una crisis política y social que va más allá de la migración. La alcaldesa Karen Bass y líderes demócratas han denunciado una estrategia federal orientada a sembrar miedo. Kamala Harris acusó a Trump de impulsar una “agenda cruel y calculada”.