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El ambicioso paquete presupuestario promovido por Donald Trump, presentado como el eje de su segundo mandato, superó su primera gran prueba política: fue aprobado por un estrecho margen (215-214) en la Cámara de Representantes, impulsado por la presión directa del magnate y la habilidad estratégica del presidente de la Cámara, Mike Johnson. Ahora, el llamado “proyecto de ley grande y hermoso” entra a una etapa decisiva en el Senado, donde deberá sortear resistencias internas, ajustes técnicos y un calendario apretado.

La legislación, celebrada por sus impulsores como “histórica” y “transformadora”, persigue una reconfiguración profunda del gasto federal. En su centro se encuentra el impuesto del 3.5% a las remesas —lo que afecta a países como la India y México—, la extensión de los recortes fiscales de 2017 —incluidos beneficios para corporaciones y contribuyentes de altos ingresos—, una reforma al Medicaid —el programa que ayuda a cubrir costos médicos para personas de bajos ingresos— y una significativa reasignación presupuestaria con impactos en seguridad social y energía.

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Para Johnson, este paquete representa “el tipo de cambio que las generaciones futuras estudiarán”, mientras que el jefe de la Casa Blanca lo calificó como “posiblemente la legislación más significativa jamás firmada”. Sin embargo, la iniciativa también provocó una fuerte oposición, tanto fuera como dentro del Partido Republicano.

 

UNA FACTURA COSTOSA

 

Analistas independientes y detractores del plan coinciden en advertir su potencial para agravar el déficit fiscal. Las estimaciones más conservadoras prevén un aumento de hasta 4 billones de dólares en la próxima década. Aunque la Casa Blanca proyecta un crecimiento económico del 5.2% que compensaría ese impacto, los mercados financieros responden con escepticismo.

La Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO, por sus siglas en inglés) anticipa que alrededor de ocho millones de personas perderían su cobertura médica bajo Medicaid, mientras que los créditos fiscales para energías limpias desaparecerían antes de lo previsto. Para los demócratas, se trata de un plan devastador: “El mayor recorte a la asistencia sanitaria en la historia del país, para financiar las mayores exenciones fiscales a los multimillonarios”, sentenció el líder demócrata Hakeem Jeffries.

 

DIVISIONES INTERNAS

 

Pese al aparente triunfo en la Cámara baja, el futuro de la iniciativa en el Senado es incierto. La configuración menos volátil de la Cámara Alta, donde los senadores no enfrentan elecciones cada dos años y suelen mostrar mayor autonomía, ha permitido que figuras como Ron Johnson y Rand Paul expresen su rechazo a varios aspectos del plan, desde el aumento del techo de la deuda hasta la insuficiencia de los recortes al gasto federal.

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El senador Paul, por ejemplo, considera que aprobar este paquete sin mayores reducciones presupuestarias hará que los republicanos “se conviertan en los dueños del déficit”. Otros, como Lisa Murkowski y Susan Collins, han solicitado modificaciones al tratamiento de Medicaid y la eliminación anticipada de beneficios fiscales para energías limpias.

 

FECHA LÍMITE Y PULSO POLÍTICO

 

El liderazgo republicano en el Senado aspira a aprobar la versión final del paquete antes del 4 de julio. Pero para alcanzar la mayoría necesaria (51 votos), deberán conciliar demandas contradictorias: reforzar aún más los recortes para satisfacer a los halcones fiscales, sin alienar a los senadores moderados que temen el costo social y político de tales medidas.

Mientras tanto, el magnate republicano sigue operando tras bambalinas. Su visita al Capitolio, las negociaciones telefónicas con senadores reticentes y la presión a congresistas clave muestran su determinación por consolidar su legado. 

 

Áreas de impacto del proyecto republicano

Sistema tributario
Extensión de los recortes impositivos de 2017 hasta 2028

Incremento en la deducción de impuestos estatales y locales (SALT) de 10 mil a 40 mil dólares

Exención del impuesto federal sobre ingresos por propinas

Remesas internacionales
Establecimiento de impuesto del 3.5% sobre transferencias al exterior

Sistema de salud
Reducción de 700 mil millones de dólares al programa Medicaid

Asistencia alimentaria
Recorte de 290 mil millones de dólares al programa SNAP

Política ambiental
Eliminación de incentivos fiscales para energías limpias

Control migratorio
Asignación de 150 mil millones para seguridad fronteriza

Presupuesto militar
Aumento de 150 mil millones en gastos de defensa

Programas educativos
Creación de cuentas de ahorro con beneficios fiscales para menores

Deuda nacional
Elevación del límite de endeudamiento en 4 billones de dólares

 

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