Debido a una menor conciencia sobre salud sexual y escasas prácticas preventivas, en Yucatán se han registrado 184 casos de VIH hasta el 10 de mayo de 2025, lo que representa un incremento de tres casos más respecto al mismo periodo del año pasado.
De acuerdo con el Boletín de Vigilancia Epidemiológica del Gobierno federal, “en 2023 fueron 21 casos nuevos, en 2022 se reportaron 18, y en 2021 hubo 55 casos. Esto demuestra que el virus sigue circulando y que es fundamental fortalecer la cultura de la prevención y el diagnóstico temprano”, señaló el director de la Red de Personas por el VIH (Repavih), Pablo Alemán Góngora.
A nivel regional, Quintana Roo encabeza los casos de la Península con 398 casos, mientras que Campeche reporta solo 64. Del total de diagnósticos en Yucatán, 161 corresponden a hombres y 23 a mujeres, lo que mantiene una marcada tendencia de afectación entre la población masculina.
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Yucatán ocupa el segundo lugar a nivel nacional en incidencia de VIH, con una tasa de 20.7 casos por cada 100 mil habitantes. “Se trata de una situación alarmante que pone en evidencia la necesidad de fortalecer las estrategias de prevención y atención”, indicó.
Como parte del agrsor se plantea crear una campaña permanente dirigida a la ciudadanía y sector empresarial que permita romper con estigmas y desinformación del VIH y SIDA, así como mejorar el acceso a pruebas de detección temprana de enfermedades infecciosas y fomentar la salud sexual.
SE REDUJO PREVENCIÓN
El director de Repavih lamentó que en los últimos años se ha reducido el trabajo preventivo en las aulas y “en lo que va de 2025, la organización sólo ha realizado dos actividades con la Secretaría de Educación del Estado (Segey)”.
El activista recordó que los primeros casos de VIH en el estado se registraron en septiembre de 1985, vinculados principalmente al trabajo sexual y a hombres que tienen sexo con hombres; con el paso de los años, la población heterosexual presenta mayores riesgos de infección de VIH que la comunidad LGBTIQ+.
“El virus también ha mutado socialmente. No es el mismo de los 80; ahora ha llegado con fuerza a la población heterosexual, pues tiene prácticas sexuales de riesgo sin saberlo, no se realizan pruebas con regularidad y desconocen medidas básicas de prevención, lo que contribuye a la proliferación del virus”, precisó.
