Casi sin excepciones, el Doctor Patán no tiene dudas, no al menos de las perdurables, con la Cuarta Transformación. Según he dicho antes, de pronto, ante ciertos fichajes, ciertas decisiones e incluso algunas declaraciones, pestañea mi fe, pero, normalmente, es cosa de esperarse tantito para ver cómo el movimiento acierta. Bueno, eso acaba de cambiar. Tengo la sensación de que he llegado a un límite. De que no hay espera que enmiende lo que escuché. De que la 4T tiene que marcar, ya, una línea. Decir “Basta”.
El límite fue escuchar al compañero Noroña decir que la elección judicial pasaría a ser como “hacer el amor”. El razonamiento es este: como pasa con el sexo, la elección de jueces nadie nos enseñó a “hacerla”. Llegamos, llegaremos, la primera vez, a ver qué sale. Y miren, seguiría el argumento de mi Geras: puede que no resulte técnicamente impecable, pero se va a sentir chido. El resultado será, pues, bueno. Uno sale de eso mejor de como estaba.
Ok: no. Compañero, hay varias observaciones que aquí el Doctor se siente obligado a hacer. Por ejemplo, que, salvo que uno viva en el mismo cuarto que sus cinco hermanos o en un dormitorio de universidad gringa o en el complejo erigido en el Michoacán rural por una secta apocalíptica, lo normal es que el sexo, la primera vez y habitualmente también las siguientes 45 o 50, se practique en la intimidad.
Lo que quiero decir, compañero, es que, a diferencia de lo que va a pasar el 1 de junio, ese polvo electoral que parece que va a ser bastante defectuoso, pero muy bueno para todos, en esos casos nadie te ve, y francamente está muy bien. Digo, no sé qué experiencias tuvo usted en sus tiempos de alumno en la UAM, muy respetables cualesquiera que sean, pero, porfa, no trate de hacerlas extensivas a toda la sociedad. Cojamos en privado, compañero.
De hecho, camarada, puede ser buena idea que evite hablar de sexo, siempre, en público, y probablemente en privado, por el bien del movimiento y/o de su entorno inmediato. No estoy seguro, se lo digo fraternalmente, de que sea usted, tan virtuoso en tantas otras áreas, la persona ideal para promover o comentar esa actividad. No vuelva a hacerlo, se lo pide con toda claridad aquí su Doctor. Que las vivencias de sociología se queden en la intimidad, pues.
En todo caso, una sugerencia al compañero que sí es extensiva a todos los amables lectores: no, nunca, en ningún contexto, bajo ningún pretexto, sin importar con quién estén hablando, digan “hacer el amor”. En serio.
@juliopatan09