Leo con cierta sorpresa cómo el gobierno alemán está haciendo lo posible para ilegalizar el partido Alternativa por Alemania (AfD) de extrema derecha. Para ello los servicios de inteligencia alemanes han estado estudiando al partido y lo califican como una fuerza política de extrema derecha.
Da la casualidad de que Alternativa por Alemania es la segunda fuerza política y la segunda en el Bundestag, el parlamento alemán, desde las pasadas elecciones del mes de febrero. Pero es que además los últimos sondeos le colocan como el partido que sería más votado si hubiera elecciones. Y eso causa miedo.
La Oficina Federal de Protección de la Constitución, quienes han elaborado el informe, ya no lo consideran como una simple cuestión semántica sino como algo oficial.
En Francia hace escasamente un mes la justicia procesó a Marine Le Pen, llevaban años detrás de ella. Casualmente su partido, el Frente Nacional de extrema derecha ha ido escalando hasta obtener muy buenos resultados en cada elección en Francia. Tanto así que comenzó a representar un dolor de cabeza al resto de los partidos.
A Marine Le Pen le acusan ahora de malversación de fondos, casualmente ahora. El proceso está resultando muy complicado ya que se le ha prohibido cualquier indicio de poder presentarse a las próximas elecciones que se celebran en algo menos de dos años. Todo ello ante la posibilidad de que la extrema derecha pudiera ganar. Los jueces, tomando buena nota la sacan del mundo político.
A ver ¿esto de qué va? ¿No vivimos en una auténtica democracia en Europa? Porque se nos llena la boca a los europeos de palabras como “libertad” y “democracia”. Pero eso sí, en dos países en los que hay tanta democracia como en Francia y Alemania, ante el paraguas del miedo, hacen que las extremas de derechas o de izquierdas no tengan posibilidad de poder participar en los comicios electorales.
Yo no sé qué es peor, si tener unos políticos mediocres en Europa o que lleguen los extremos que son igual o peores. Pero así es como está la realidad europea.
@pelaez_alberto