Dos madres buscadoras, Fabiola Isabel Campos Andrade, de Nayarit, y María Isabel Cruz Bernal, de Sinaloa, han transformado su vida personal para dedicarse a localizar a sus hijos que han estado desaparecidos por años.
Campos Andrade, aseguró en entrevista que a partir del 20 de diciembre de 2017 no ha sentido motivación para retomar la relación con los hijos que le quedan, pues tras la desaparición de Dania Michelle Torres, en ese entonces de 20 años, se le fueron las ilusiones.
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Por su parte, Cruz Bernal decidió dividir su tiempo para dedicarse a la hija que le sobrevive, luego de que Yosimar García Cruz, de 28 años, fuera levantado el 26 de enero de 2017, y su segundo hijo muriera de tristeza ante la pérdida de su hermano.
Sin embargo, ambas activistas coinciden en algo: no hay manera de volver a celebrar el Día de las Madres mientras no hallen a sus desaparecidos, a quienes buscan a través de sus colectivos.
Foto: Especial | Madre Fabiola Campos
‘Mi hija Dania se llevó toda ilusión cuando desapareció’
Han pasado casi ocho años desde que Dania Michelle Torres desapareció en Tepic, Nayarit, y Fabiola Campos, su mamá y fundadora del colectivo Ágape, mantiene la esperanza de hallarla con vida, luego de que elementos de la Marina se la llevaran, posterior a un enfrentamiento, el 20 de diciembre de 2017.
La activista detalló que desde ese momento se le olvidó lo que es celebrar un 10 de mayo, pues descuidó a sus otros tres hijos por tratar de localizar a Dania, quien ahora tendría 27 años.
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Afirmó que no puede celebrar el Día de las Madres porque la desaparición de su hijo le arrebató el 90 por ciento de su vida.
“He investigado que se la llevó la Marina. Dania estaba con una amiga, no sé si era fiesta, pero cuando se dio un enfrentamiento donde estuvo presente la Armada de México, empezaron a tirar bombas y tumbaron puertas y ventanas”.
“A la mañana siguiente, la Marina sacó a mi hija. La escuché gritar, en un video que ya quitaron de YouTube, una vez que yo denuncié en la Fiscalía General de la República (FGR)”, compartió.
La activista relató que tiene tres hijos más y tres nietos, le dan ataques de pánico y ha estado internada. “Mi hijo pequeño, de entonces nueve años, fue diagnosticado con dislexia y falta de atención. Jamás lo he visto derramar una sola lágrima y ahora a sus 17, él y mis otras hijas -quienes tenían 15 y 21- me necesitan fuerte”, detalló.
“En cada jornada mis ojos buscan los tenis que le obsequié a Dania ese día, por ello me encomiendo al creador para hallarla con vida, pues no ha habido avances en las investigaciones”, concluyó.
‘Tú lo que quieres es lo que te hace falta, no festejar’
Ya no hay nada que festejar, no hay 10 de mayo, no hay cumpleaños, no hay nada; “tú lo único que quieres es encontrar lo que te hace falta”, en este caso, su hijo, señaló María Isabel Cruz Bernal, madre buscadora integrante del colectivo Sabuesos Guerreros de Sinaloa.
El 26 de enero de 2017, Yosimar García Cruz, policía municipal de Culiacán, y una decena de compañeros, fueron levantados luego de que atendieron el reporte de la detonación de una bomba, supuestamente ocurrida en la salida norte de la capital sinaloense.
Tenía tres hijos, la mayor, quien es la única que le queda; Yosimar, el de en medio, y el menor, quien “acaba de fallecer hace dos meses; murió de tristeza porque se llevaron a su hermano”.
Recordó que cada Día de las Madres, su hijo desaparecido hace ocho años, entraba a su cuarto a las 06:00 horas: “Me abrazaba, me decía que me amaba, me decía que me iba a llevar a comer, lo sigo recordando día a día, para una madre seguimos esperando ese abrazo”.
En entrevista con este medio, María Isabel explicó que al ser madre buscadora tienes que aprender a separar la maternidad con esta tarea y “no desatender a los (hijos) que tienes en casa”.
Ella se parte en pedazos y se hace la fuerte, porque no puede demostrar el dolor que la mata por dentro tras la pérdida de Yosimar, pues tiene otra hija que también la necesita, explicó.
“Vemos muchas madres que tenemos a los hijos y no nos damos el tiempo para atenderlos, no nos damos el tiempo para darles el espacio que se merecen, hasta que nos hacen falta o cuando los desaparecen, queremos y nos hacemos las mejores madres del mundo y ya para qué”.